Excelente. Han cambiado de dueños y los actuales Dan un servicio esmerado, han cuidado el ambiente, despejando de cortinas innecesarias y ahora sus ventanas dan a una juega vista de la Xava Baja. Las croquetas están ricas. Luego, vendremos por más. Gracias
Inmaculada del Aguila Campos
+5
Sitio peculiar con sabor a antiguo, precioso. Personal súper amable. De diez.
Venimos desde alicante 2-3 veces al año desde hace 15 años y siempre que venimos visitamos la cava de Illan para comer rabo de toro entre otras cosas . Hoy hemos visitado el local y hemos visto que habían nuevos dueños nueva carta que se podía reservar online (antes no admitían reservas) . Nos hemos sentado un poco expectantes pensando que no sería igual ; y efectivamente no ha sido igual sino mejor : tomate con ventresca y anchoas Bueno . Rabo de toro espectacular para mojar media barra de pan y la carne súper tierna . Cachopo que te deja sin palabras ; la ternera muy tierna mucho queso . Y tarta de queso . Además el servicio de los camareros excepcional , servicio rápido y eficiente muy amables y asesorando en cuanto a cantidades para no desperdiciar comida . Así que bueno estamos contentos de seguir teniendo un sitio al que volver a Madrid siempre y que ha salido ganando ( sin que esto indique que lo anterior no era bueno que si lo era por eso volvíamos siempre )
Encanto de sitio y muy amable Luis , uno de los mejores camareros de Madrid por su amabilidad y encanto . Gracias Luis por ti vuelvo a ir !!! Mil gracias
Es un gran sitio para degustar cocina tradicional. Totalmente aconsejable el codillo, que es su especialidad.
La atención es buena por parte del personal que atiende las mesas.
Llegamos en un momento que estaba todo a tope pero muy amablemente nos buscaron un sitio donde poder comer.
MUY BUENA COMIDA CASERA ESPAÑOLA
Comento punto por punto mi opinión sobre todo:
Fui a comer con dos amigos.
RESTAURANTE: Es muy acogedor, castizo, pero no de los que tienen toros en las paredes, sino de los que ves un poquito de historia en cada rincón.
Con una planta de abajo en forma de cueva que te transporta a otro lugar. Muy limpio, muy bonito y con mucho encanto.
ATENCIÓN: Los camareros son los dueños, Herminia y Pedro. Son tan acogedores como su restaurante. Por lo que vimos, miman a cada cliente. Muy atentos, muy rápidos, muy amables y encantadores. Nos explicaron peculiaridades de los platos y del barrio. Son unas personas maravillosas y unos profesionales de 10.
Ahora a lo importante: LA COMIDA (somos de buen comer):
Ante la indecisión, nos dejamos aconsejar:
- Huevos estrellados con jamón (tradicionales, caseros y una ración generosa, buen punto).
- "Croquetones" (y digo "croquetones" porque sí, son 4, pero del tamaño de mi puño). Dos de bacalao y dos de jamón nos pedimos. Uf, no sé cuál estaba más buena. Ambos tipos de croqueta eran caseras (como todo lo de la carta, la verdad), crujientes por fuera y tan melosas por dentro que con sólo recordarlo se me hace la boca agua, con eso a mí me ganan.
- Torreznos con patatas chips. MADRE MÍA DEL AMOR HERMOSO! Casi lloro de felicidad al comer esos torreznos. Se nota que son torreznos sorianos, y lo dice una que sabe de lo que habla. (Fueron tan amables que nos explicaron el truco secreto para hacerlos así de buenos). Las patatas chips las hacen ellos. Me quedé flipando porque, además de estar muy logradas, estaban buenísimas.
- Algo de verdurita salteada (no recuerdo el nombre del plato, pero también era una ración generosa y para bajar la copiosa comida siempre viene bien algo de verde).
Ahora vienen los principales:
- Entrecot: una pieza generosa, con un veteado de grasa perfecto. Lo pedimos poco hecho. Eso era "mantequilla". Delicioso.
-Rabo de toro: "la madre del cordero!" Es una exquisitez. De verdad, está tremendo. De lo que más me gustó de lo que pedimos. Nos contaron que lo tienen macerando un par de días (así está de bueno). La salsa es espectacular, acompañada de patatas caseras y unos champiñones.
Y ahora viene lo mejor: LOS POSTRES.
Pese a que yo tenía en mente la tarta de queso casera, porque tenía muy buenas referencias, me aconsejaron que pudiera las filloas.
- Filloas: Son creps rellenos de una crema pastelera, con caramelo por encima y luego le ponen el toque de gracia. Lo flambean con orujo, al estilo gallego. Es un espectáculo de ver, y de comer ya ni te cuento.
Todo, desde el relleno, la masa hasta el caramelo, son caseros. Vienen dos y son enormes. No te quedas con hambre.
- Crema catalana: una crema riquísima, con una costra de azúcar flambeado. Brutal.
PRECIO: Para ser honesta, considero que es un precio muy acorde a la calidad, la cantidad y el servicio que dan. En este aspecto, es razonable y justo.
La cuenta de toda la comida con todas las bebidas que pedimos, rondó los 80€. Nada mal.
No suelo poner críticas, pero cuando algo me gusta creo que es digno de mención. Estas cosas tienen que saberse.
Por cierto, salimos tan llenos que no cenamos nada esa noche. Pero nos fuimos a dormir con el estómago contento.
Por supuesto, lo convertiremos en nuestro sitio de peregrinación. Es una joya de la Cava Baja de las que quedan pocas. Una maravilla.
Estuvimos cenando el viernes 23 de junio, era primera vez y nos hemos llevado una muy buena experiencia. Fuimos un grupo de 6 pedimos de entrantes el tomate rosa con ventresca y anchoas, a parte unas croquetas de jamón buenísimas y luego un arroz caldoso con bogavantes delicioso 😋. La atención muy correcta y cercana. Volveremos ☺️👏👏👏
Auténtico. Soy madrileña y me gusta venir al centro, y aquí se come bien de verdad, con calidad y SIN GLUTEN. Relación calidad precio Excelente, amabilidad, limpieza... un clásico cuidado con cariño. Merece la pena visitar estos lugares auténticos. Llevo veinte años viniendo...
Muy bueno el arroz con bogavante y el tomate con burrata seguramente el tomate pesaría un kilo,el trato excelente
Comida casera, casera. Excelente opción en Cava Baja, tomamos raciones de pimientos, croquetas de bacalao y pulpa. Todo excepcional.
An error has occurred! Please try again in a few minutes