Ayer estuvimos cenando 4 personas en este restaurante te recomiendo que antes de ir reserves porque está muy lleno. Prácticamente nos pedimos media carta de todo lo que pedimos estaba bueno a excepción bajo mi punto de vista de las albóndigas de sepia. El humus y las patatas mojo picón estaban muy buenas. El flamenquín no lo recomendó el camarero pero era para 8 personas demasiado grande y creo que no estaba la altura del resto de platos.
El local está algo escondido pero merece mucho la pena. La camarera fue tremendamente amable muy simpática, nos atendió de maravilla. La comida bastante buena y de calidad. El mojo rojo estaba riquisimo (y lo dice una canaria) pedí mojo verde también y bueno, era de todo menos eso, digamos que hicieron su versión pero muy alejado de la realidad pero con el rojo lo clavaron. Las albóndigas estaban poco hechas por dentro cosa que no me gustó demasiado ya que eran de cordero. Nos dijeron que el arroz tardaría 20min asi que fue lo primero que pedimos y 5 min después el resto de la comanda pues nos trajeron el tercer entrante y el arroz prácticamente al mismo tiempo y eso me molestó porque no tardaron los 20min y obligó a un comensal a comer entrantes y principal a la vez y quedarse mirando después cuando nos trajeron los principales al resto. A pesar de todo el trato y la calidad y fusión de la comida es de primera y se merece la puntuación que tiene.
Muy buen sitio de tapeo en general. El aspecto del local es agradable, con la curiosidad de tener una parte del techo abierto, pudiéndose ver parte de la estructura del edificio. Las raciones son buenas y el precio contenido. El tataki de atún no es el que te dan en Cádiz, pero merece la pena pedirlo para pasar el mono de verano a verano.
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