Estuvimos comiendo en familia y salimos encantados. Croquetas de obligada degustación, callos vegetales ( espectaculares), arroz con vaca vieja, etc. Y todo ello bien regado con los caldos sugeridos por su sumiller Cristina de la Calle....para volver sin duda.!!
Todo magnífico, la comida, el trato, el sitio... Si queréis probar platos únicos éste es vuestro sitio. Por cierto no os vayáis sin probar la croqueta de jamón. Está buenísima, con razón es la mejor croqueta del Mundo.
Guillermo Davó López, Cruncher
+5
Mi experiencia la catalogo como "Excepcional" he podido saborear la riqueza de Cuenca y su cultura en cada pase, siempre manteniendo en cada pase el respeto por la sostenibilidad de sus productos.
Súper recomendable! Disponen de opción barra y mesas altas. Obligatorio probar las croquetas! En la opción de huerta y alrededores comimos setas con curry suave que estaban deliciosas. La relación calidad precio es buena y desde luego que no sales con hambre. No es imprescindible hacer reserva.
Juan Carlos Jiménez Díaz
+4
Menú degustación de productos de la tierra al que no se le pueden poner pegas pero que tampoco sorprende. Un trato muy amable y buen ambiente.
El maridaje es una grata sorpresa, y merece la pena. Pero el toque dulce al final de la cena, que nos encanta a los golosos y del que esperamos algo delicioso, fue peculiar pero no deja un buen final.
Estuvimos en la zona de barra, con un ambiente muy agradable, ademas, el camarero que nos estuvo atendiendo era super majo y muy atento. La comida exquisita, el chef preparó el menú especial para nosotros ya que teniamos algunas intolerancias. Se demuestra un buen chef cuando es creativo frente a las restricciones alimentarias. Todos los platos estaban deliciosos y muy elaborados.
Lugar indispensable si vas de visita a Cuenca.
Además del menú degustación, disponen de varias mesas altas dónde puedes pedir a la carta para picar y tomar algo. Cocina de alto nivel a precios muy ajustados (30€/pax). El servicio acorde al nivel de calidad esperado.
Todos sus platos muy bien ejecutados, con novedades según temporada y platos fuera de carta.
Excelente, sin duda.
Experiencia gastronómica increíble en este restaurante de estrella Michelin. Aromas, sabores y texturas q recuerdan a muchos de los productos de Cuenca. La delicadeza en su presentación y el trato de todo el personal hacen de este lugar una experiencia inolvidable. Mis estrellas van sin duda al huevo y al postre, sin palabras. Recomiendo el menú de 15 pases para aprovechar al máximo la experiencia.
Restaurante en Cuenca con una Estrella Michelin y bien merecida. Tiene varios menús diferentes, algunos más caros y otros más económicos con menú degustación y también tiene carta de “bar” que tiene muchas raciones. Esta fue nuestra elección, para un grupo de 6 personas que fuimos a cenar. La calidad y la presentación de los platos era muy buena, así como el precio. Las raciones no eran excesivamente abundantes, para 6 se queda escasa una de cada pero queríamos probar de todo un poco.
Hemos probado el menú degustación y ha sido una experiencia maravillosa. A destacar las croquetas, la mantequilla de ajo negro y la carne. El servicio excelente. Repetiremos!!😊
Hoy, después de 11 meses, hemos repetido y nos ha vuelto a sorprender. Esta vez destacamos tanto el gazpacho de tomate verde, como el encebollado. Siempre es un placer comer allí, porque el trato y la atención es excelente. Seguiremos repitiendo!!
Una grata experiencia para probar los sabores tradicionales como el ciervo y el jabalí.
Local renovado, el menú degustación era adecuado, lleno de matices y con gran variedad. El local es grande y quizás el servio mejorable en cuanto a atención de mesa para un restaurante de esta categoría. No obstante, un imprescindible de Cuenca.
Muy buena puesta en escena, todos los platos muy sabrosos y que apetece repetir. Recordando con especial deleite, los postres(utilizando algarroba en lugar de chocolate), el calamar de tierra y los brotes de trigo verde con guisante lagrima. No nos gustó el polvoron de escabeche ni a mi acompañante ni a mi, entiendo que busque descolocar un poco para cambiar entre platos, pero ni la textura ni el sabor eran especialmente agradables. Tampoco nos gustó que habiendo 2 menús (el largo y el corto), los platos del largo y del corto fueran distintos. Nosotros siempre solemos pedir el menú largo para disfrutar la experiencia completa y esperábamos que el largo incluyera los platos del corto, pero no. Son platos distintos, dejándote un poco con mal sabor de boca por no haberlos podido probar en esa ocasión.
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