La gran sorpresa de este año. Fuimos a por un kebab, para probar uno diferente en Alcorcón y salimos maravillados. La comida, con su carta súper extendida, te deja simplemente con ganas de volver antes de irte para poder probarlo todo. Nosotros optamos por un Durum, y la sorpresa es que cuentan con especialidades que no habíamos probado hasta ahora. En nuestro caso, Durum al Pastor. Que sorpresa! Una fusión que dejará sin palabras a más de uno. Además, la dueña nos enseñó un comedor que tienen abajo con una decoración que te lleva directo a Marruecos! Finalmente nos deleitaron con un té y unas pastitas de baklawa caseros… sencillamente, no paramos de buscar escusas para volver!
Queríamos probar este sitio desde hace algún tiempo.
Fuimos a cenar. En el sitio como tal no hay menús, la comida/bebida/patatas van a parte.
La calidad - precio esta bien, y la comida no esta nada mal. Hay variedad de comida y de tés.
El personal es amable, y aunque no son muy rápidos, lo hacen todo con mucho cuidado y cariño. Me he quedado con ganas de probar más platos de su carta.
Nosotros estuvimos en la parte de arriba, pero parece ser que en la parte de abajo ponen cachimbas. (No bajamos abajo).
PD: Es un poco "difícil" aparcar por los alrededores.
La comida estaba buenísima, el personal nos asesoró muy bien y nos ayudó a escoger los platos y las cantidades. Muy bien de precio.
Un sitio muy recomendable, donde comer un kebap en condiciones, recomiendo también la pizza tigris y de entrante las empanadillas tigris. De postre sin duda el baklawa de pistacho.
Miguel Ángel Morente Romero
+5
Por fuera es un kebab como cualquier otro pero por dentro esconde una gran sorpresa.... un sótano pequeñito perfectamente decorado donde se puede comer una comida muy rica a un precio muy bueno. Pedimos el típico falafel y hummus, una crema de berenjena, tayín de cordero y una sorprendente pizza de kebab. Todos los platos muy buenos. De postre tarta de pera y baklawa. Muy recomendable.
Un sitio increíble, muy ricos los kebabs y platos. Muy recomendable visitar la parte de abajo, está ambientada, sirven infusiones y cachimbas. El dueño y su equipo dan un excelente servicio, seguir así!
María Fernández Álvarez
+5
Tenía mucha curiosidad en ir a un restaurante que hubiera salido en “Pesadilla en la cocina” y con razón el sitio sigue abierto después de casi 10 años de la emisión del programa 👌🏻.
Atención muy buena. Salían no uno, sino dos camareros a asegurarse de que pedíamos la comida, atentos de si necesitábamos cualquier cosa y muy educados.
Íbamos un poco nerviosos por la comida, por el programa sobre todo, pero nos sorprendió totalmente para bien:
Como entrantes pedimos unos rollitos que parecían los típicos rollitos primavera pero dentro además llevaban carne de kebab, lo cual estuvo muy rico para ir abriendo el apetito.
De principales pedimos tajin de pollo y cous cous con pollo lacado en miel. El pollo de ambos platos estaba muy muy tierno y el tajin sinceramente espectacular. Estaba muy bien cocinando y especiado. No nos quedó otro remedio que ir mojando pan hasta dejar el plato impoluto.
De postre no tenían una cookie que me apetecía probar pero si nos dieron la alternativa de pedir la “tarta de la casa”, no querían decirme de que era, en plan sorpresa (de broma) y me animé y resultó ser una especie de red velvet pero con un ligero sabor a flor. Gratamente sorprendida.
Por poner una pega, pero no como para dejar de ir ni mucho menos, seria que tardaron un pelín más de lo esperado en sacarnos los platos y recogerlos luego para pedir el postre.
Muy buen sitio. Volveré a ir 👍🏻.
El mejor kebab que he probado. Totalmente recomendable.
La atención muy buena y la comida espectacular. Pedimos unas empanadillas rellenas de queso como entrante (muy buenas), 3 tajines (2 de cordero y una de pollo. Muy buenos también, nos gustó más el de cordero). De postre baklava y tarta de té matcha (la tarta espectacular). Para reposar la comida tomamos también té verde con hierbabuena. Sin duda volveremos a probar el resto de la carta.
Un miércoles, no mucha afluencia para comer, un Tallin de pollo exquisito, con te con menta que repetí, muy amables las dos personas que había. Cuál fue mi sorpresa cuando voy a los lavabos, et voila, una tetería de las mil y una noches, preciosa, y también se puede comer ahí. Recomendable.
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