Hemos ido a comer en familia, nos lo habían recomendado y las referencias se han quedado cortas. Comida de gran calidad muy bien hecha y atención esmerada. Hemos comido.. tortilla de bacalao, boletus, conejo confitado, caracoles a la brasa y chuleta de vaca.... todo espectacular. Y los postres de un nivel diferencial. La tarta de queso y el helado de queso de villanua...inmejorables. merece la pena ir.
Un sitio único perdido en mitad de la montaña en el valle de las Garcipollera que casi nadie conoce . Un restaurante de súper primer nivel con un trato exquisito y con cosas que nunca podrás encontrar habitualmente. Me muero por volver.
No defrauda. Sitio con mucho encanto. Muy buen trato por parte de todos.
Estaba todo buenísimo y espectacular el helado de queso. Volveremos pronto.
Lugar encantador. En invierno tiene que ser un lujo comer en este paraje. Dueños muy atentos y comida fabulosa. Todo esto hace que tu viaje sea más disfrutado. Gracias porque cuando un negocio se lleva con ilusión se nota.
¡¡ IMPRESIONANTE !!, la calidad del producto es increíble así como las elaboraciones. Las gambas de Vinaroz, unos caracoles espectaculares que se nota que han sido cocidos con "sustancia", y unos chuletones de buey que por algo están considerados como unos de los diez mejores de los Pirineos. Para repetir una y mil veces, el trato del personal impecable y profesional. En resumen, toda una experiencia de comida en un lugar con un entorno idílico.
Es un restaurante muy acogedor y además se encuentra en un pueblo precioso. La comida es casera y de muy buena calidad. Se les da muy bien la carne a la brasa, pulpo a la brasa... y los postres igualmente excelentes. El trato de los propietarios es inmejorable.
Siempre es una maravilla el ir a comer allí tanto por el trato recibido como por la sensacional carne, croqueta de boletus y tarta de queso q tienen entre otras cosas...
Un sitio perfecto para una escapada de fin de semana a un pueblo típico aragonés y comer comida típica de gran calidad.
Los dueños Juan y Concha muy amables y gran servicio, como en casa.
DIEGO PURAVIDAONBIKE (GASTROVADOR)
+5
Siguiendo el Ijuez su curso,
desde Castiello de Jaca,
Villanovilla te marca
de la mesa un nuevo mundo.
Es Garcipollera y punto,
y El Albergue está en la plaza;
Allí Concha y Juan ensalzan
lo mejor de su producto:
Caracoles en su jugo,
bien fritita la piparra,
boletus o “calabaza”
con yema. Siguen el turno
las croquetas de jabugo,
otra insignia de la casa.
Conejo y manitas brasa
perfectos para mi gusto.
Una sidrita es lo suyo
para mojar tanta gracia.
Al postre siguió la magia
y para siempre lo apunto.
Diego Santamaría PURAVIDAONBIKE-GASTROVADOR
06/08/2023
Comida de calidad a un precio considerable.
Para la siguiente pruebo el chuleton.
Recomendado reservar antes.
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