Kero Cocina Peruana

1ª vez aquí. Le pedimos al camarero un pescado fuera del menú y nos complacieron con un plato espectacular. Gustos sutiles y cocinados a la perfección. Fue una gran sorpresa. La cocina es moderna y sofisticada. El toque maravilloso del Perú no se pierde. El desierto y el vino fueron geniales y también disfruté el servicio. Gracias.

Kero es un restaurante que vale la pena visitar. Servicio impecable, trato muy especial, ambiente cercano y platos valientes. Una parada obligatoria en Vigo. Detallo abajo lo que nos trajeron, pedimos el menú degustación corto: - Aperitivo 1: consomé (pediríamos un cubo, espectacular) con crujiente de espirulina, ambos ligeramente picantes. Una muy grata sorpresa. - Aperitivo 2: croqueta nigiri de ventresca y pez mantequilla. Con ali oli y toquecito picante. Una explosión de sabor. El mejor aperitivo si tuviésemos que elegir uno. - Aperitivo 3: el valiente. Pollo confitado en soja con toques cítricos y espuma de anís. Impresionante. - Plato ppal 1: ceviche. El favorito de mi acompañante. El chef se acercó a la mesa y nos comentó que habían probado a añadir calamar en esta ocasión, algo que a nosotros nos pareció un detalle original y muy rico. La materia prima muy buena, nos ofrecieron más picante y nos gustó mucho. El cilantro se balancea tan bien que a mi acompañante, que no le gusta nada, le pareció que sumaba al plato. - Plato ppal 2: mejillones con patata inspirada en plato típico, ajo negro, salsas y adiciones varias. Fresco, valiente, diferente y delicioso! - Plato ppal 3: el valiente. Cachete de cerdo con curry de ají, menta y puré de boniato. A mi me pareció una propuesta muy original del corte. Es un corte con “tufo”, y bastante graso, aviso a los clásicos. A nosotros nos gustó muchísimo. - pre-postre: platazo para cerrar el capítulo de salados. Un caramelo ligeramente amargo ayuda a balancear, junto con el mascarpone, el dulzor de la fruta de la pasión y la manzana. Un gelee de hierbabuena le aporta frescor. Muy rico. - postre: de café, chocolate, sal y lúcuma. Delicioso. Las raciones perfectas. Salimos sin estar empachados (y eso nos gusta!), pudimos disfrutar de cada plato y salir sin rodar. El servicio merece una mención por amabilidad, discreción y atención. Vale su precio, y según lo que hemos visto, es un restaurante al que volver a menudo merece la pena, ya que al chef le gusta variar sus platos. Personalmente, soy gran aficionado a la gastronomía peruana, por lo que encontrar un lugar así resulta muy satisfactorio. Un placer comer aquí! Volveremos