Recomendadísimo. El ambiente es espectacular, todo es “como antes” y los camareros son muy amables a pesar de ir siempre a tope. Los bocadillos están buenísimos, comida casera, rica y con mucho sabor. Puedes comer en la barra, en las mesas de dentro, o en la terraza, que dispone de varias mesas también. Calidad-precio perfecta. Sin duda volveremos.
No me lo creía porque a veces cuando las reseñas son tan buenas puede llevar a grandes decepciones pero no ha sido caso!
Llegué un poco tarde, tal vez una hora antes de la hora de cierre y me atendió un camarero muy majo, con sonrisa y buen trato. De verdad ese tipo de servicio auténtico ya me deja con ganas de regresar pero aún no probaba el bocadillo…
Pues al ver la carta le pregunto por recomendaciones y me dice que muchas gente pide mitad de uno y mitad de otro, y me dice cuáles son dos muy buenos y populares, lo que agradezco mucho porque he notado un temor general en el sector de restauración cuando se les pide recomendaciones.
Pedí mitad bombón y mitad full equip y Oh Mai gato!! Vuelvo si o si! Muchas gracias por su amabilidad y por un bocadillo muy muy digno de repetir 😉
Nos vemos pronto 😋
Almuerzos buenísimos.
El local tiene un pequeño salón interior con unas pocas mesas, donde es necesario apuntarse en lista para poderse sentar.
Alrededor de el, taburetes, donde si ves uno, te puedes sentar sin necesidad de apuntarte en lista.
Luego dispone de una terracita muy agradecida, donde también es necesario apuntarse en lista para poderte sentar.
Difícil para aparcar, pero a pesar de ello, siempre lleno, y lo merece.
Los almuerzos están impresionantes.
Las tortillas, están exquisitas.
Solemos pedir chivito también. Para nosotros, un acierto.
Buen pan, y los que se come, recién hecho.
El servicio suele ir a tope, y a pesar de ello, muy eficaces.
La cocina, funciona rápida, para el volumen de faena que hay.
El café, estupendo.
El ambiente, el un buen bar, donde acude mucha gente y hay tertulia.
Los precios buenos y ajustados.
En pocos sitios se puede almorzar de calidad y con ese precio.
Al lado del cruce del río y los viveros.
Es un sitio para repetir sin ninguna duda.
Una de las mejores opciones para un almorzar bueno y típico valenciano.
Todo me parece destacable, desde los bocatas, hasta el servicio, muy simpático, aunque a veces van muy a tope y cuesta sacar las comandas. Lo mejor es la terraza, aunque para pillar sitio los fines de semana hay que ir pronto sobre las 9/9:30
Daniel Gonzalez garcia
+5
Bocatas geniales. Camareros amables y buen precio. Ubicación perfecta. Buen ambiente. Lo único regular, el aparcar pero eso no depende del local.
Un clásico en Valencia para ir a almorzar.
Famosos sus bocatas Bombón y Súper Bombón, a mí también me encanta el de Sepia.
Se pone hasta los topes y tienes que ir sin prisa. Si está lleno tienes que apuntarte en lista y esperar mesa tanto dentro como en terraza. También puedes sentarte en la barra de alrededor, ahí simplemente te puedes sentar cuando alguien se levanta.
Local con solera y gran terraza.
Cierran domingos.
Uno de los lugares favoritos de Valencia, donde trabajan profesionales desde hace más de 40 años. un lugar único donde poder probar todo tipo de bocadillos valencianos, incluidos los que se elaboran únicamente en pérgola: superbombon, chivito, riñón, sepia y por supuesto patatas con dos salsas. Recomiendo visitar con amigos!
Cafetería emblemática en Valencia. Sirven unos almuerzos espectaculares y muy bien de precio. La atención de los camareros súper buena. Recomiendo el bocadillo bombón con patatas.
Extraordinaria comida, los almuerzo incomparables. Pero lo mejor, es la atención en terraza de Carlos, quien no solo destaca por su amabilidad, sino por su paciencia y su genialidad para hacer un momento agradable.
Un clásico entre los clásicos.
Habíamos intentado ir en varias ocasiones pero nos había sido imposible debido a la cantidad de gente en espera para tener una mesa.
En este caso fuimos un lunes y tuvimos que esperar unos veinte minutos para que nos pusieran una mesa en la terraza.
Tanto el entrante como el bocadillo nos encantó y el cremaet estaba muy acertado. Estamos hablando de la terraza ya que la parte de dentro se nos antojo un poco sucia y descuidada.
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