La Sal

Estuvimos este verano tras mucho tiempo sin ir y nos encantó, todo lo que pedimos estaba increíble, a destacar el tartar de atún, la sepia y el morrillo, que me pareció lo mejor sin duda de toda la comida, recomiendo pedirlo. Los postres también nos gustaron mucho aunque estábamos llenos pero mereció la pena. El servicio fue bueno, al nivel de la comida y la relación calidad precio correcta, lo recomiendo.

Lugar más que idóneo para disfrutar (y degustar) el atún cocinado con un twist contemporáneo. Una auténtica delicia para el paladar. El morrillo a la plancha con camita de noodles está exquisito. Y hay otros platos como el revuelto de ostiones y los tartar que están de vicio. ¡Ah! Y las tostadas de sardinas con tomate. El único pero son las moscas… pero a veces son difíciles de evitar. El servicio es exquisito, educado y divertido. Y la localización un sueño, en Atlanterra con la playa a escasos metros para poder darte un paseo (o un bañito) después de comer.

Llevamos visitando este restaurante más de 10 años, el entorno es maravilloso, las mesas de madera con sus salvamanteles ideales, su preciosa vajilla, un cuidado y esmerado trato por parte de sus dueñas… Sin duda de los mejores restaurantes que he visitado. Respecto a sus platos, buenísima calidad, producto fresco, imprescindible probar su morrillo a la sal.

Buen restaurante! Cuenta con una carta pequeña, dónde predomina el pescado fresco. Nosotros decidimos optar por un arroz de choco (bastante rico. Un poco caldoso de más para mi gusto. Lo mínimo que puedes pedir es para dos personas, aunque de esa cazuela pueden comer más de dos sin problema) y un foi de entrante. La carta de postres es variada, nosotros optamos por la tarta de chocolate belga (muz normalita). A destacar la amabilidad del servicio. Nos trajeron alioli y una segunda ración de pan sin coste adicional.