Jose Manuel Castro Luque
+5
Soy asiduo a visitar este lugar y me parece increíble. ¡A mi pareja y a mí nos encanta! Uno de los mejores locales (si no es el mejor) para salir a cenar por el barrio.
En primer lugar, por cómo es el local. A simple vista parece que estás entrando a un negocio como tantos, agradable y acogedor por su estética en madera, pero nada súper especial. Lo sorprendente está al fondo, en su amplio patio, con una decoración exquisita (vegetación, velas y flores en las mesas…) y una distribución excepcional del espacio, que hace muy agradables las veladas nocturnas. Además, la intimidad que ofrece, la ausencia de tráfico y la tranquilidad que se respira son elementos difíciles de encontrar en los locales de la zona.
El trato del personal es impecable, especialmente un chico italiano que trabaja en el local y nos suele atender muy bien, es súper atento y prudente, y muy preocupado de que la experiencia del cliente sea buena.
Desde la barra puedes ver a través de un gran ventanal cómo trabajan en la cocina y se ve que son auténticos profesionales (todo muy pulcro, mucha eficacia y rapidez), aunque basta con probar su producto para saberlo… En general, la carta es muy buena. Cabe destacar que es innovadora sobre todo porque fusiona sabores de diferentes culturas y el resultado son platos increíbles.
Las croquetas de queso y membrillo están muy buenas, las patatas bravas son un espectáculo. El pan bao con pulled pork también está muy bueno. Hemos probado también las alitas de pollo y aquí es verdad que la salsa nos pareció un poco fuerte pero porque no somos fans del tonkatsu. Las hamburguesas creo que no esperas en un sitio así lo buenas que están y cómo con pocos ingredientes consigue un producto de categoría y muy equilibrado. La presa duroc también está muy, muy buena. Y el precio está muy bien para la calidad de las comidas y todo lo que ofrecen en su local.
Sin duda, recomiendo ir, y es una parada obligada en el barrio de Miraflores.
Gracias por el trabajo que hacéis!
De los pocos lugares que he dado 5 estrellas en todo. Sitio de tapas que vale la pena visitar, a simple vista parece pequeño pero tiene una gran terraza en la parte trasera al igual que unas cuantas mesitas hacia la calle. Uuf la comida estuvo muy muy rica (todo lo que probamos), a destacar el pan bao su pulled pork con su salsita de chuparse los dedos.
Porciones adecuadas para una tapa y a buen precio al igual que las cervezas.
Ideal para compartir un momento agradable con amigos o en pareja.
Relación calidad-precio excelente.
La atención muy rápido todo y las meseras amables y atentas.
Super recomendado! De seguro volvere pronto.
Mª del Mar Cobeña Ruiz-Lopera
+5
¡Pero qué buen sitio en Miraflores! Fui con unos amigos y pienso repetir con ellos o con mi familia.
El local es un largo pasillo con un pequeño salón, pero hace honor a su nombre porque el espacio principal es un amplio patio con luz natural. No os preocupéis por la temperatura del local porque el techo del patio está acristalado. Por lo tanto es luminoso y no te mojas en los días de lluvia o te cueces de calor en verano.
El patio está decorado con detalles de colores y es muy bonito y acogedor.
Tienen una carta amplia, con muchos platos originales y tapas. Dejo foto de los precios.
Pedimos una tabla vegana (con hummus, guacamole, crudités y totopos), patatas bravas (con un toque picantito muy rico), flamenquín, ventresca de atún (le sobraba la mermelada), taco de cola de toro y presa de cerdo Duroc.
Los precios, cómo podéis ver en las fotos que dejo, no son nada desorbitados. Pagamos 15€ por comensal (incluyendo la bebida).
Fue todo un acierto ir. Como he dicho antes, repetiré.
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