Panrallao

Lugar pequeño y acogedor. Excelente para una cena tranquila con tu pareja. La comida estaba muy rica, a destacar a mi gusto el Wellington, con diferentes sabores y texturas, como veis en la foto. La muchacha que nos atendió es un encanto, atenta, agradable y cercana. Hemos salido muy satisfechos, repetiremos sin dudarlo.

Buena opción para almorzar o cenar en los alrededores de Nervión Plaza. La carta es bastante interesante y ofrece estupendas opciones para todos los gustos. Probamos el cachopo, las croquetas de cabrales, el risotto de calabaza (buenísimo), la pinsa de calabaza (fusión entre focaccia y pizza), el timbal de huevos y guanciale y la burrata con salmón marinado y fresas 🍓 Los postres estaban bien, aunque tampoco destacaría uno en concreto. Éramos 5 comensales y pedimos 5 platos, 1 croquetas para compartir, bebidas y 2 postres. Salimos a 30€ por persona para almorzar.

Nos gusta ir de vez en cuando porque la carta es diferente a la mayoría de restaurantes en Sevilla. Van cambiando platos de la carta y, siempre que hemos ido, hemos salido contentos con lo comido. Hemos probado las croquetas y el cachopo, ambos platos sabrosos, hasta la lasaña y las pinsas romanas, que también están ricas. Siempre vamos con reserva porque el local es pequeño y suele llenarse. Le pongo 4 estrellas porque cuando está completo los camareros no dan a basto y el servicio es bastante más lento. Por lo demás, para repetir.

Muy buena comida, se siente la frescura y buena preparación de sus alimentos, desde el pan estuvo muy rico. Local pequeño pero cuenta con algunas mesas en terraza, igual y recomendaria reservar, que no se si fue por festivo pero estuvo lleno. Atención buena, nada que criticar. Relación calidad-precio buena. Recomendado, volveré.

Reservé para un grupo de amigos y nos gustó mucho la comida. Está bien en relación calidad-precio. El único fallo fue que no estaban preparados a pesar de reservar con mucha antelación y no había cantidad suficiente de varias cosas que pedimos. Eso sí, muy bueno todo a un precio razonable. Repetiremos.

Segunda vez que venimos a este pequeño restaurante y hemos acertado con todos los platos. Ensaladilla, pollo y ajo confitado espectacular. Croquetas de caña de lomo muy buenas. Y cerramos con las albóndigas, criollos y tomate, de hecho tuvimos que repetir de lo ricas que estaban. Todo regado con habla del silencio.