Restaurante San Carrodio

Tuvimos que esperar un poco pero mereció la pena. Los platos son muy abundantes y el personal muy simpático. Comimos de menú que costaba 11€ y nos costó terminarlo todo (yo no pude 😁) está a 25 minutos andando desde la catedral, no tiene parking, pero hay uno público a 5 minutos. Sin duda, merece la pena.

Fuimos en familia y salimos más que contentos, no soy de escribir opiniones, pero después de comer aquí, he de decir que nos ha sorprendido, ya que nunca habíamos quedado tan satisfechos de un restaurante. La comida espectacular, cantidades más que generosas a muy buen precio, el servicio impecable, atentos y el camarero muy simpático.

Menudos animales! Pues no llegamos como peregrinos y llegamos a la Plaza de Obradoiro rodando después de comer ahí? Comida buena y, sobretodo, cuantiosa con un servicio sumamente atento y divertido. Una experiencia más que a destacar y no olvidar. Para los que quieran saber algo del precio, es como un regalo.

Muy buena cocina y muy buenos productos. Cantidad de platos para elegir. Siempre hay carne, pescado y verduras. Si quieres adelgazar puedes, si quieres cebarte también. Puede que sea el mejor sitio para comer de Santiago. Lad cenas de los fines de semana maravillosas. Pulpo delicioso. Aclarar que por las noches no tienen menú sino un montón de platos a escoger con precios diferentes. Esto es, puedes comer algo a precio muy asequible o tener la mayor mariscada. Propietarios muy buena gente.

Increíble la cocida de este local, la pareja que lo atiende un encanto, el dueño es lo más no para de reír y estar pendiente de todo. Cuando te sientas a comer la cosa mejora, la comida es totalmente casera, las raciones muy grandes y el precio muy pequeño, tanto los dueños que se reparten las tareas de barra, comedor y cocina pasan cada poco por las mesas preguntando a todo el mundo que tal la comida. Un recomendación personal y muy especial LA TARTA DE QUESO, de las mejores por no decir la mejor que he probado nunca, he ido en cien ocasiones , entre por casualidad la realidad es que la decadencia del local no invita a entrar pero cuando lo pruebas por primera vez sabes que vas a repetir cada vez que puedas.