Cafe Bar Donde Siempre

Llegamos a este establecimiento desde la playa del sardinero y dejándonos llevar por lo comentarios tan buenos que tenía y he de decir que no nos ha defraudado. Si bien es cierto había una única persona atendiendo y él mismo en la cocina y la cosa se demoró un poco, pero fue casualidad xq nos indicó que siempre hay alguien más. Comimos un Cachopo de jamkn y queso que estaba de escándalo y una croquetas de rabo de toro, que solo puedo decir, que hay que probarlas.

Llegamos casi a las 16:00h y ya estaba cerrada la cocina, así que tuvimos que conformarnos con unos pinchos de tortillas variadas, sandwiches y algunos montaditos de pollo y tortillas con bacon y bonito, que para salir del paso estuvo muy bien. La chica que nos atendió fue muy amable y simpática, y la terraza era un lugar agradable. Para beber pedimos agua, y como no tenían botellas grandes, nos sirvieron una buena jarra de agua con hielo (ojalá fuera siempre así en todas partes) En resumen, nos gustó, pero la próxima vez tendremos que ir antes de que cierren la cocina.

Ya iba siendo hora de volver por aquí. Y de nuevo la experiencia fue maravillosa. Que te reciban con esa calidez después de un tiempo sin poder venir, no tiene nombre. Además la comida sigue siendo de diez. Y el día que incluyan en la carta alguna opción vegetariana más allá de las patatas, los huevos y la tortilla, será un lugar para no salir de allí. 😉😉