El restaurante está muy céntrico y es el lugar perfecto para los amantes de la carne. Los postres no puedo opinarlos porque quedamos muy llenos y no fuimos capaces de comer más.
El local no es muy grande, está decorado con sencillez pero al mismo tiempo acogedor.
Una gran bodega de vinos cuidados al detalle.
El personal muy atento, amable y pendientes de todo. Los platos salieron rápido, también es cierto que hemos ido a primera hora.
Las mollejas espectaculares y las carnes deliciosas y en su punto (cada uno la hemos pedido a nuestro gusto)
El precio? El esperado, cuando uno sale de casa y come bien, no puede pedir que sea regalado.
No conocía este restaurante, pero mi hijo llevaba tiempo queriendo ir y hemos aprovechado para celebrar su cumpleaños allí.
Dice que ha sido su mejor regalo.
Isaac F. Céspedes Camacho
+4
Un restaurante elegante y muy céntrico, con una carta centrada en los cortes de carne, los cuales recomiendo pues están muy bien. Los postres estaban bien sin ser excepcionales, sobre todo para lo que pagas. Es verdad que tuvimos una atención bastante deficiente, retraso en los platos y un poco de descuido para nuestra mesa pero quizás fue un mal día. El local es muy agradable y decorado con sencillez.
Vino sublime calidad-precio (no lo hemos encontrado en otro sitio, Clos Ancestral, más que recomendado). Las mejores carnes de Salamanca (elegimos el T-bone), el mejor jamón (emjamesa ibéricos) y me atrevería a decir que el mejor steak tartar. Las recomendaciones de José fueron perfectas y no pudimos tener una mejor experiencia. El postre, un milhojas de crema también espectacular.
100% recomendado para los amantes dea buena carne.
Para empezar, el trato desde que entramos hasta que salimos fue de 10, agradables y pendientes de todo.
La comida ... un espectáculo.
Pedimos croquetas de bacon y parmesano y de trufa, sin palabras, se deshacen en la boca.
Por recomendación del camarero, pedimos T-bone 5.0 para dos... espectacular, un sabor muy intenso, el punto de la carne perfecto, tierna...
Lo acompañamos con unas patatas artesanas... impresionantes, de tamaño y de sabor.
Dejamos hueco para el postre, tarta de queso, muy buena.
Sin duda, lo recomendamos 100%, en nuestra futuras visitas a Salamanca o alrededores, repetiremos.
Restaurante con una decoración encantadora. El servicio, muy atentos y serviciales.
Lo mejor, la comida. Estaba todo muy bueno. Enhorabuena a los cocineros.
Volveremos pronto.
Lugar imprescindible para los amantes del chuletón. Muy buenos sus primeros, hay que probar su steak tartar y el carpaccio.
Tienen el detalle de traerte agua fría en botella siempre que ven la botella vacía... y no la facturan.
Buena carta de vinos.
Relación calidad/precio, acorde a los tiempos actuales.
Fuimos a celebrar mi cumpleaños con reserva. No me gustó mucho la mesa justo en la entrada de la gente y con el aire acondicionado en la cabeza. Aunque el precio es medio-alto la comida es de alta calidad, recomiendo las mollejas y la picaña, la carne está deliciosa y mejor si la acompañas con un buen vino tinto. Los postres no están mal pero el precio lo considero fuera de mercado (8€ un coulant). Lo de incluir servicio + agua (del grifo o filtrada pero fresca) + pan + aceite todo en uno es un acierto (2,2€ por pers). Alguna persona del servicio parecía un poco pérdida, ya que tras recordarle que faltaba algo se le volvía a olvidar.
José Luis Zarza GARCIA
+5
Fuimos 4 amigos a cenar y estaba todo buenísimo. Nos atendió Cesar entre otros, que se portó de 10. Recomendándonos el vino y ciertos platos en los que la verdad acertó de pleno. Ya habíamos ido alguna vez y repartiremos.
Alejandro Fernández Rodríguez
+5
Buscábamos comer buena carne y aquí encontramos lo que no hemos encontrado en otros sitios, mucha calidad en sus productos y una atención personalizada sobre las carnes. Nos aconsejó un Ribeye de vacavieja y no sé equivocó, fue todo un acierto y mucha cantidad, aproximadamente 1,100kg de carne, volveremos, si veis esta reseña, tenéis una parada obligatoria jeje.
Espectacular. Mi sitio favorito de carne en Salamanca y parada obligatoria para todo el que quiera disfrutar.
Anoche cenamos un grupo numeroso de amigos. No era la primera vez que íbamos -y no será la última- y salimos tan satisfechos como siempre.
Pedimos de entrantes croquetas y steak tartar, y como principales, unos cortes de ribeye y de porterhouse (adjunto sus fotos aunque en la del porter ya faltaba la mitad 😂). Impresionantes. Poco más se puede decir. Las caras de satisfacción y los comentarios: "cómo está esto..."
Para finalizar unos postres variados, tarta de queso, torrija (para mí lo mejor) y milhojas.
Para beber, casi todos somos amantes del vino de Toro y elegimos Madremia. La carta de vinos es extensa.
La posición de la mesa y el servicio fueron excelentes, teniendo en cuenta que fuimos 18 comensajes. Gran facilidad a la hora de resolver dudas sobre cantidades y recomendaciones. Muy amables y rápidos en el servicio.
En resumen: si te gusta la carne, ve.
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