Comida tradicional muy buena. Tenía ganas de un menú de toda la vida y muy bien ejecutado. Los platos son muy sabrosos y la atención del servicio es muy agradable. El menú fue entre semana por lo que considero que la relación calidad-precio es correcta pero quizás para un fin de semana, teniendo los mismos platos, sería algo excesivo. De todas formas es un muy buen descubrimiento.
Javier Abadía Pinillos
+4
Disfrutamos mucho de la comida. Comida tradicional, casera, buena verdura y bien cocinada.
El segundo fue tiras de carne, muy bueno.
Mi esposa pidió merluza, estaba riquísima.
Los postres muy buenos y caseros, con la tarta de queso a destacar.
Dos menús y dos cervezas extras 49€, precio muy ajustado, algo que se agradece.
Recomendable.
Fue excelente. Estaba todo riquísimo. Un alto nivel en la cocina y en los postres. Y un trato personal y estupendo. No era la primera vez que íbamos y volveremos. Calidad precio excelente. Dejamos los platos limpios limpios limpios. Un 10!
Restaurante pequeño con buen servicio. Sala en la planta alta con espacio suficiente pero un poquito de calor. Carta corta con platos típicos de la cocina navarra preparados de la manera tradicional. Postres caseros. Muy buena relación calidad / precio.
Lugar familiar casero.. muy acogedor. Para volver muchas veces.. la comida realmente buena.. la música ambiente buenísima.. trato muy cercano
Puedo decir que ha sido la mejor cena que he tenido en todo este verano hasta ahora.
Íbamos con las expectativas algo altas y aun así, las cumplió con creces.
El local tiene dos cartas, una normal y otra de barra, donde puedes pedir raciones más pequeñas para compartir y probar más variedad.
Pedimos panaché de verduras (recomendado por la propietaria) para probar sus alcachofas. Estaba muy bueno.
Luego individualmente pedimos las virutas de solomillo y el cordero al txilindron. Ambos platos estaban espectaculares.
Finalmente como postre pedimos la tarta de chocolate y tocino del cielo.
Nos gustó más la tarta y me quedé con unas ganas tremendas de probar su cheesecake.
Se portaron de 10 con nosotros. Si pudiera poner 6*, las pondría.
Totalmente recomendado.
Restaurante escondido en la calle Bergamin 31 de Pamplona. Fuera del mundanal ruido del casco viejo, tranquilo, pequeño, con un servicio cercano, comida casera y ambiente muy conseguido.
Recomendable. Destacan todos sus platos, con un menú, amplio, que no cambia y sube de precio el fin de semana de 22,50€ a 27,50€.
Destacan sus alcachofas, migas de pastor o la ensaladilla de primeros. Medallones de merluza, virutas de solomillo de segundo o sus postres caseros como el tocino de cielo o la tarta de queso, una de las mejores de Pamplona (a mí me gusta más la del Ale's beer, pero eso ya es personal) desde luego está muy buena.
Destaco la calidad de la comida, la tranquilidad y el trato muy muy amable.
Pedimos el menú al mediodía. Es muy bueno relación calidada y precio. Las comidas son muy deliciosas. Pero es mejor hacer una reservacion antes de venir, porque no hay muchas mesas.
Increíble sitio para comer o cenar. Local pequeñito, pero siempre lleno. Importante reservar. Comida casera con bastante variedad y de una calidad muy alta. Muy recomendable
Di con este restaurante/ bar de casualidad y ha sido uno de mis mejores descubrimientos. Tiene una atmósfera intima y clásica. Perfecto para conversar o disfrutar de una buena comida a solas.
El menú del día cuesta 22.50 entre semana. Yo probé las alcachofas (9/10) un plato de callos (10/10) y la tarta de queso (8/10). Todo acompañado con vino de Navarra.
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