La Cueva De Fabia

Un acierto absoluto! Caímos allí un poco de rebote y no pudimos comer mejor. La comida de 10, mención especial el lechazo, un auténtico espectáculo. La atención del personal inmejorable, tanto recomendamos platos como vinos, nos atendió el dueño del local y es un auténtico profesional. Volveré a Olmedo solo por ir allí a comer

Extraordinario. Fuimos un poco a ciegas debido a que otro restaurante que estaba más cerca del balneario estaba completo. Y lo agradecimos. Trato espectacular en todo momento y la comida buenísima. La croqueta ahumada y el ravioli con arroz meloso sublimes. La carne a la parrilla exquisita también. Volveremos 100x100

DESTACAR: salimos del balneario a las 16 y nos dieron de comer sobre esa hora. Comenzando por unos entrantes, tratar de tomate y aguacate con burrata, riquísimo y los canelones de calabacin (estos son 6 unidades y son una racción muy pequeña). Continuamos con unos platos principales, chuletillas de lechazo, pincho de lechazo, tataki de atún y bacalao al horno. El lechazo espectacular, el bacalao y el tataki riquísimos pero un poco fríos para nuestro gusto. Cerramos nuestra visita con postes variados, torrija (impresionante) , muerte por chocolate, coulant y una tarta de la abuela y unos cafés. Un lugar muy agradable, destacar el trato por parte de los camareros y el gran gesto por darnos de comer a esa hora. Un placer

Pedimos un tartar de tomate, aguacate y burrata con pesto bastante buena y unos pimientos rellenos de marisco cuyo relleno estaba suave pero totalmente insípido. Lo peor fue el tataki de atún, demasiado seco, estoposo y servido con unas patatas fritas congeladas que llevaban fritas desde el día anterior y pimientos de lata que aún sabían a lata. Cobrarte 20 euros por un plato así es una falta de respeto considerable. Si no sabéis cocinar un producto, no lo pongáis en carta, no lo asesinéis con una guarnición deleznable y no seáis tan osados como para clavar 20 euros por ello.

Maravilloso restaurante en Olmedo. Fuimos a cenar un sábado (mejor reservar, ya que está bastante lleno), y la verdad es que increíble la comida, íbamos a pedir cuatro platos, y el camarero nos aconsejó (muy bien hecho) que era demasiada comida, y así hubiera sido de haberlos pedido. Todo estaba muy muy bueno, y en la focacia, el jamón era recién cortado (mis dieces). Tengo que añadir que la cocacola era la grande y a 2,50€, un detalle para los adictos como yo, que ya solo vemos botellines pequeños. Por poner una pega, los postres no eran caseros, pero aún así bastante buenos. Si volvemos por Olmedo repetiremos sin dudar.