Caluana Madrid

Me encantó el lugar. Nos encantó, mejor dicho. Fuimos dos personas a comer. El ambiente, la decoración y el trato del personal inmejorable. Los platos riquísimos y la verdad que abundantes. 1 entrante y dos principales y sales lleno, no pudimos probar los postres muy a nuestro pesar. El precio de cada plato lo merece. De 10. Seguramente esta no sea la primera vez que vayamos. Todo un acierto. Hay que reservar con tiempo.

Restaurante que combina la cocina italiana con la española. El atractivo que tiene este restaurante es su local, ya que antiguamente fue una capilla. Por lo tanto la sala principal del local estas comiendo con las paredes y cúpula de una capilla. El restaurante además de la zona principal, tiene una zona superior que esta muy chula decorada como un invernadero pero claro comparado con la principal pues parece muy simple. Los entrantes probamos las croquetas de patata y vierira a la carbonara. Muy buenos los entrantes hechos con buena materia prima. De principales al ser especializado en cocina italiana probamos la lasaña de rabo de toro y los raviolis de cordero lechal. Platos muy buenos con mucho sabor. De postre compartimos la tarta de queso y turrón, increíble. El servicio fue rápido, muy amables y siempre estaban dispuestos. La calidad/precio normal. Los platos son entorno a 20 euros. Sabiendo que los elaboran con buena materia prima, bien elaborados y combinados y además te atienden genial. Me parece bien. Precio por persona pues depende la cantidad de platos que pidas y si pides vino. Esta entorno a los 40 euros por persona.

Sinceramente me esperaba mucho más, nos ha costado muchísimo reservar porque es un sitio de moda, pero la verdad que no es para tanto. La croqueta de tortilla de patatas (3,50€ unidad) carísima para lo que es…no sabe a tortilla me ha parecido muy insípida, y el resto está bueno pero vamos que no es una maravilla. El sitio es muy bonito y original.

Reservamos por internet donde tienes que indicar tus datos de la tarjeta bancaria, ya que si no lo haces, no te reservan la mesa (a parte, según la política de cancelación, si cancelas la reserva con menos de 6h de antelación, te realizan un cargo). El sitio es muy bonito, pero en referencia a las mesas de 2, éstas están bastante pegadas y no nos sentimos muy a gusto por este motivo. Tardaron 20 min del reloj en venir a apuntar el pedido y, finalmente, se confundieron con el plato de mi marido, por lo que se nos añadió un tiempo de espera extra para que le trajesen lo que había pedido. La comida está bien, las croquetas de patata y la pasta con jabalí - es lo que yo recomendaría si vas a comer a este restaurante. Aún así, no terminamos la comida con la sensación de "espectacular" (quizás, por un cúmulo de cosas). Los precios son un poco subidos (supongo que acordes con la zona donde se sitúa el restaurante). En resumen: bien, pero no espectacular. Gracias.

El local te deja boquiabierto nada más entrar, es alucinante entrar en en una antigua capilla, es una maravilla. La comida fusión italo-española muy Interesante y de muy buena calidad. En la planta de abajo tienen una coctelería donde preparan unos cócteles estupendos. Como punto de mejora diría que nos dijeron que tomáramos algo mientras estaba la mesa y que subiéramos a las 22 en punto, la mesa no estaba y tuvimos que esperar en la escalera y habiendo tomado todo rápido en vez de haber bajado ellos a buscarnos cuando estuviera lista. Tienen un par de espectáculos amenizando la cena, cortos y muy bonitos. De recomendación de la carta diría el tartar de atún y la viera a la carbonara de entrantes y como principal el trufatelle y la lasagna de rabo de toro. Pagamos 50€ por persona, con vino y sin postre.

El salón de los olivos que es donde estuvimos es una preciosidad. Una capilla de estilo barroco donde te sientes en un ambiente relajado aunque el salón esté lleno de gente como así fue.El servicio muy bueno. La comida riquísima aunque reseño que las cantidades en los platos a compartir no son muy abundantes. Destaco el tartar de atún, las alcachofas y varios platos de pasta como trufatelle , la carbonara ibérica etc.... Una experiencia inolvidable que seguro que repetiremos en cuanto vuelva a Madrid. Los vinos que nos sirvieron también buenísimos. Un acierto.