Kilig

¡Super recomendable! Es un lugar limpio y acogedor al lado del metro de Legazpi. Fuimos un viernes por la tarde y no tuvimos problema en encontrar mesa. Pedimos crepes de oreo y Nutella. La de Nutella es un acierto siempre pero nos sorprendió la crepe de oreo porque tiene un sabor intenso a la galleta. El trato del personal es muy agradable y atento. Merendamos de 10 a un módico precio. ¡Repetiremos para probar la crepe de pistachos!

He vuelto a la infancia tomando un crepe de zumo de limón delicioso. Mi mujer se tomó uno de nutella y le ha flipado. La masa está riquísima, la nata la hacen en el momento y la atención es estupenda. Jose es cercano y se preocupa cada instante de que estés a gusto. Para ir a merendar un crepe dulce o cenar un crepe salado.

Atención maravillosa. Amabilidad 💯% . Local muy bonito y acogedor. Perfecto para ir en pareja o buscando un rato tranquilo con amigos. Deliciosos Crepes!! El dulce de Nutella y el de sirope de chocolate que sale en mi foto están buenísimos. Son grandes. Y si pides la tarta de Zanahoria, que sepas que está espectacular y es una buena porción. Perfecta para compartir entre dos o para uno si vienes con mucho hambre! 👌🏼

Un lugar para el disfrute en familia o en pareja. El camarero es súper simpático y atento, te da un trato cercano y familiar. Tanto el camarero como a la cocinera les interesa que el cliente salga contento y en su trato lo demuestran. Los platos están deliciosos y los precios son bastante competentes. La decoración es muy cuqui y muy acogedor, tienen pocas mesas por lo que recomiendo reservar antes. Fui una vez, volví con mi familia y volveré en un futuro bastante cercano.

Experiencia muy gratificante, empresa familiar donde todo se hace con cariño, desde la atención al cliente hasta la calidad de la comida, fuimos a merendar con nuestro perro y nos acogieron como pocas veces pasa. Nos quedamos con muchísima gana de probar alguna crepe o quiche del menú salado, así que volveremos sin duda. Precios muy ajustados y a 2 pasos del matadero.

Un lugar muy agradable con unos crepes exquisitos, precio inmejorable, atención entrañable y decoración hogareña. Ideal para comer, merendar y cenar, pues en su carta hay opciones dulces y saladas para todos los gustos. Además de crepes también sirven unas quiches artesanas riquísimas, se nota el cariño con que hacen las cosas. Posiblemente de los mejores crepes de Madrid.

Sin duda una GRAN CREPERÍA. Un ejemplo de cómo una carta breve es preferible si los productos son de gran calidad; de cómo se adaptan con crepes que no están en la carta para los pequeños; de cómo complementan los crepes dulces con tartas caseras fuera de carta; y de cómo con ganas e ilusión de puede ofrecer un gran servicio. 5 estrellas porque es el máximo pero merecen alguna más.

Hemos estado comiendo en familia y la verdad que es un sitio muy recomendable. Todo muy cuidado y muy acogedor. Comimos el crepe de rabo de toro que estaba delicioso y otro de morcilla con manzana sencillamente espectacular. El peque se comió un crepe de jamón York y queso con huevo. Me dió un poco de envidia porque no pude ni probarlo y tenía una pintaza... Me sorprendió gratamente que hay algunas cervezas diferentes. También se puede beber vino por copas. De postre probamos el crepe dulce de crema de oreo con nata y la tarta de chocolate. Muy rico todo!!! Terminamos con un café de Guatemala que para mi es de los mejores del mundo. También hay diferentes variedades de tés e infusiones como rooibos. La dueña una persona muy atenta, agradable y profesional. Volveremos seguro!!!!!