Mad Brewing

Fuimos al monólogo con visita a la fábrica y cata de cerveza. El monólogo súper divertido, nos gustó un montón. Muy recomendable!! La visita a la fábrica se nos quedó escasa, pese al gran trabajo del maestro cervecero brasileño, de diez, nos dio una charla sobre cómo se elabora la cerveza y ya. Quizás ver un poco más la práctica sería más interesante y entretenido. Gracias a todos :)

Fuimos a hacer una visita a la fábrica con cata y monólogo. En la cata probamos 2 cervezas ( media pinta) y otras dos nos tomamos viendo el monólogo (estás no incluidas en el pase). El chico ( Dani creo que se llamaba) que guiaba la visita a la fábrica explicó todo de maravilla y contestó a las dudas que fue teniendo todo el mundo. Te van enseñando todo el proceso de hacer cervezas y los ingredientes. Tienen unos de muestra que te dejan oler. Totalmente recomendado pasar 45minuto haciendo está visita, se hacen muy cortos. El monólogo estuvo también super bien, trajeron a 3 chico + el presentador Alberto que es súper gracioso. A la salida estaban todas las mesas llenas con gente cenando , tiene pinta de que la comida también es buena. El aparcamiento no está muy complicado, al estar en un polígono y encima es gratuito. Totalmente recomendado!

Un descubrimiento en un lugar poco común. Una fábrica de cerveza artesanal en medio de Madrid. Muy cerca de Garcia Noblejas, la calle Julián Camarillo da acceso en el 19-21 a dos espacios: el primero una pequeña calle con almacenes; el otro un espacio de oficinas. Es Justo al final del primero donde podrás encontrar la fábrica de cerveza. A probar mejor las suyas propias, si bien tiene algunas otras artesanas (Cibeles, por ejemplo). De la carta, todo pinta muy bien. Nosotros, nos decantamos por mejillones en salsa (Quizá sin el cilantro, mejor aún). Tiene espacio interior muy agradable y una pequeña terraza con bancos corridos. Para repetir

Sitio insólito en ciudad Lineal. Literalmente vas a una fábrica de cervezas artesanales. Están muy buenas. Media pinta de Lager 3€ y está muy rica. Puedes comer también, pero nosotros fuimos al Hall donde se producen monologuista (está en la parte de arriba y puedes ver la Fabrica). Tarde diferente con muchas risas.

Fuimos a comer varios compañeros de trabajo para conocer esta singular apuesta por otro tipo de local que se sale de lo habitual. Lo primero que llama la atención es su ubicación, en una zona industrial (polígono de San Blas), frente a una gran superficie de materiales de construcción, algo escondido, por lo que no estaría de más una mejor señalización desde la calle principal, Julián Camarillo, para encontrarlo con mayor facilidad. Lo segundo y más llamativo es que en realidad es una fábrica de cervezas artesanales, donde han acondicionado una zona para probar sus diferentes cervezas y de paso comer algo. De la comida decir que tiene fama la carne con cocción a baja temperatura, amén de diferentes tipos de raciones, recordando algo al ambiente de las fiestas alemanas de la cerveza. Buen ambiente, siempre lleno de gente en el interior, por lo que es conveniente llamar y reservar. La decoración del local es tipo industrial (lógico por otra parte al estar dentro de una fábrica). Probamos de entrantes los mejillones salseros (mejillones con salsa marinera) 13,50€; un cucurucho de bacalao con patatas (un fish and chips típico inglés) 14,95€; y de principal para compartir un Brisket en agua de fuego (falda de ternera asada a baja temperatura marinada con bourbon) 23,90€ acompañada de una flor de cebolla frita (el equivalente a los aros de cebolla típicos americanos) 8,50€. Todo estuvo bien de sabor, algo escaso en cantidad el bacalao, y muy rica la salsa marinada de bourbon de la carne. En total, para 4 personas, con dos rondas de cervezas salimos a 25 euros por persona, que no está nada mal. Sin lugar a dudas merece la pena probar el local y en su caso repetir.

¡Fantástico! Vine con unos amigos, ellos ya lo conocían, y me encantó. Tienen buena variedad de cervezas artesanales que además van variando, y la comida estaba buenísima, especialmente el Brisquet de ternera: expectacular. El sitio no está en una zona concurrida o bonita, pero merece la pena acercarse. Los dos postres que pedimos estaban también muy ricos (tarta de queso y strudel) Como única sugerencia (de tiquismiquis con familia alemana, lo reconozco) les diría que el Apfelstrudel lo sirvieran más bien templado (el nuestro quemaba mucho) y que al recalentarlo el hojaldre pierde solidez, se queda blandurrio. De sabor igualmente estaba muy, muy rico.