Streetxo

Nos ha gustado mucho, decoración ambiente y personal. La música quizás excesivamente alta, no escuchabamos bien lo que decian para explicar los platos.La comida sorprendente, con sabores muy bien escogidos. El pez limón está brutal y la panceta tbn. La lasaña super original .Lo que no nos convenció fue el curri de ternera gallega. El brioche muy rico aunque la salsa final no fue lo que más éxito tuvo. Pedimos ,por recomendación, 7 platos y un postre para 3 personas y quedamos llenos, para mi fué de más. Volveremos a probar más cosillas

Excelente experiencia, buena comida y buen servicio. Los platillos y cocteles son muy creativos, tienen mezclas de sabores interesantes, como las orientales y mexicanas. Un trago bueno y fuera de lo común es el ramen, elaborado a base de sake. Las vieiras asadas te las recomiendo bastante, tienen un tono ácido que se combina muy bien con el picante y la textura crujiente de los camarones. También excelente la UNA VACA VIAJANDO DE TAILANDIA A MÉXICO, el Brioche y el Soufle que mezcla tamarindo con chocolate y chiles a las brasas. Lo que creo que sobran son las croquetas, en todos lados son iguales con ligeras variantes. El lugar es una explosión para los sentidos. Es un barrio asiático punk dentro del corte inglés. Toma en cuenta que la música electrónica puede estar un poco alta para un restaurante, pero es parte del concepto.

Es la segunda vez que voy y me encanta, me gusta el ambiente de street food asiático(he estado en Asia varias veces) que se ha conseguido, la verdad que una pasada, de la comida ni hablar. La música está alta justo en ese punto entre molesta y molona(ya que le da un toque informal una experiencia gastronómica de esta categoría). Sin duda el concepto y la comida son toda una experiencia!

Segunda visita, la primera a la nueva ubicación con un local más amplio y cómodo pero que mantiene la misma esencia tanto en la decoración cómo en los platos. Probamos platos nuevos que nos sorprendieron igual de bien que la primera vez. Sin lugar a dudas volveré a repetir esa explosión de sabores en boca.

Local espectacular, la decoración y el ambiente se sale de lo rutinario. Música y ajetreo continuo de inicio a fin, no se lo recomiendo al que quiera cenar tranquilo. Como imaginábamos la comida no defrauda, creo que pidas lo que pidas todo está tan elaborado y la calidad es tan buena que está rico. Nosotros pedimos; croquetas pedroche, ramen, nem vietnamita, carrilleras y el brioche pedroche. Si eres de llenarte rápido con 4 platos y postre es suficiente si compartes plato. Cócteles ricos, el huevo fue el que más nos gustó. Servicio atento y muy amable. Volveríamos sin duda.

Primera vez que venimos y sin duda repetiremos. El ambiente genial (un poco alta la música quizás), por lo demás de 10. Olvidaros del concepto de platos pequeños... para dos personas pedimos 5 platos y un postre y al menos nosotros, salimos hasta arriba. Pruebas cosas diferentes pero con un sabor increíble, todo MUY COMESTIBLE. Para repetir el wontog frito de Txistorra y el sandwich club. Calidad/precio de 10. Nos vemos pronto.

Importante llegar pronto para coger sitio, sobre todo si es finde. Abren a las 12 el cocktail y se guarda el orden de llegada para comer a la 13. El servicio es genial, me adaptaron la carta al embarazo para que supiera lo que podía y lo que no podía comer y lo pudiera ir mirando mientras esperábamos a entrar. Todos muy atentos y serviciales. El ritmo de la cocina es frenético y es un espectáculo comer en barra, sin ser agobiante. Pero si quieres algo más relajado mejor en terraza(llega muy pronto...) La música es cañera pero no tanto como dicen, se puede hablar bien y se escucha a los camareros. Te mete en ambiente festivo. La comida es un show de principio a fin, raciones generosas, presentación impecable, todo cuidado al detalle, y una combinación de sabores maravillosas. Mi única queja es no poder probarlo todo ajja tendremos que volver otro día.

Fuimos para mi cumpleaños, era la segunda vez que íbamos, la primera fue en la otra ubicación anterior, el sitio es mucho más grande y bonito que el anterior, sin embargo el chico que nos atendió era bastante desagradable, hablaba bastante mal a todo el mundo y tenía demasiada prisa, había otra chica que no paraba de tocarse el pelo mientras manipulaba alimentos, en cuanto a la comida todo buenísimo menos las croquetas, no me gustaron nada, pero eso va a gustos. El postre estaba espectacular, así que fue una noche de luces y sombras.