El Minibar

Un total descubrimiento en Madrid. Ambiente perfecto para cenar unas buenas tapas en pareja o amigos! Buenos cócteles, comida riquísima con una fusión de sabores impecable, servicio inmejorable (fueron todos un amor con nosotras), y Nacho.. fue un placer conocerte y conocer Minibar. A partir de ahora, parada obligada cuando volvamos a la capital. Cristina e Ivana.

Lugar con encanto al cuál llegamos casi sin saber que tipo de bar era y que tipo de comida servían. Todo fue un acierto desde la atención del dueño a la atención del chico de la barra que estuvo todo el tiempo pendiente y con actitud positiva y desenvuelta, nos aconsejó algo para comer y fue lo mejor de todo lo que pedimos. Volveremos sin duda

Sorprendente sitio, lo encontramos por casualidad y fiándonos de la reseñas y no nos equivocamos. El mini bar no es nada pequeño 😃. El ambiente bueno, desenfadado, igual que las personas que lo regentan. Muy majos y siempre sonrientes, cosa que se agradece. Te aconsejan en platos y cantidades. Nosotros pedimos dos “tapas” por persona y la verdad es que no los cambia ya el postre. Nos encantó todo lo que probamos. Precio muy ajustado, así que no se puede pedir más en el centro de Madrid. Repetiremos y recomendaremos, seguro! (Mejor reservar!)

Pedimos el queso semicurado de cabra con mermelada de tomate. Solo decir que es un MUST. Delicioso. También pedimos las fajitas de carne con guacamole y rollito de jabalí con salsa de champiñón. Todo estaba riquísimo. De postre pedimos pastel de belem. Nos trataron de diez y salimos a menos de 20 euros por persona. Recomendadísimo!

Pues, todo muy rico, la verdad. Cada plato bien combinado, con buena materia prima y cocinado con mimo. Las medias raciones tienen una cantidad adecuada, para que puedas pedir más cosas y aprovechar para descubrir platos. El servicio atento y con un toque divertido a veces, conoce muy bien lo que sirve y te informa de lo que dudes. Lo único criticable este día, que podría hacer un poco más de fresco en el local.

En realidad necesitaría muchas más estrellas para puntuar lo ha sido una verdadera sorpresa y un sitio. Un local con muchísimo encantó el fantásticamente atendido, pero a lo mejor es la comida. Los rollitos crujientes de carne de jabalí son una delicia pero mucho más rica es la tapa de la casa, el bretón, un queso a la plancha con mermelada de tomate. También nos gustaron mucho los lomos de bacalao con gambas, una delicia. ¡Y que gente tan especial y cercana! Muy buenos precios.