Mazo De Santa Comba

Comida de calidad en un ambiente muy agradable y tranquilo, el trato fue muy amable y atento. Si llamas para reservar recomiendo pedir mesa con vistas al río. Fuimos con una silla de ruedas y el local está lo mejor acondicionado que la ubicación permite, además tratan de ponerte las mayores facilidades para que la silla no sea un impedimento, lo cual es de agradecer. Repetiría sin duda.

Lugar que he descubierto por casualidad y me ha resultado muy agradable Antiguo molino restaurado con unos exteriores muy cuidados y en una zona verde con río que alberga un restaurante en su interior Todos los platos que hemos probado estaban muy buenos, sobretodo la empanada casera (deliciosa),la atención fué exquisita y nos pusieron mesa en el exterior donde pudimos disfrutar del sol de invierno El comedor interior tiene unas vistas privilegiadas al río, las estufas interiores le dan un toque cálido y original! Tiene un párking muy próximo al lado y es un punto de partida de rutas de senderismo, ideal para disfrutar de la naturaleza Volveremos!!

Disfrutar de un sitio tan especial es un espectáculos para los cinco sentidos el Gusto de sus platos El tacto de sus paredes enxebres El oído del sonido del agua debajo de tus pies La vista desde sus ventanales al río chamoso Y el olor de la Naturaleza que le rodea. Son lugares que nunca se deberían cerrar.

Lugar con encanto, muy cuidado y no falta detalle. Quien esté cerca de Lugo o pase por la zona que no dude en acercarse a comer. Es verdad que está apartado de todo pero ya solo por la comida y la belleza del lugar merece la pena. Personal muy amable, fuimos sin reserva y tenían lleno el comedor pero nos montaron una mesa en la terraza. La comida estaba buenísima y las raciones eran contundentes. Calamares a la plancha estaban tiernos, sabrosos. Zamburiñas eran grandes y, puedo asegurar, que de las más buenas que he comido. Plato enorme de pollo de corral y la chuleta de ternera grandísima, tierna, hecha al punto, era como mantequilla (exquisita). Cogimos también un variado de postre y eran todos caseros y riquísimos: tarta queso, de orujo, de tres chocolates y caña de crema. No puedo poner ninguna pega al lugar, ni al personal ni a la comida. Todo magnífico. Solo se pueden poner 5 estrellas pero le pondría 10. Estoy deseando volver a pasar por allí para repetir.