Valhallaexperience

Comimos el menú degustación de 14 platos. Todos los platos estaban espectaculares, bonita presentación. El servicio impecable, muy amables todos.

Nunca me gusta dar menos de 4 estrellas, por que creo que es menospreciar el trabajo y esfuerzo de mucha gente. Se ve intención en la cocina de Héctor. Quiere hacer cosas y destacar, pero patina en varios aspectos. Quiere meter tanta complejidad en los platos, que se pierden los ingredientes. Es necesario que el paté de hígado de pato lleve café cuando ni se nota? La croqueta de leche de Colmenareña con pintada y setas escabechadas si me dices que no lleva ni setas ni pintada, te creo. El arroz, lo peor de toda la comida. Mal ejecutado, frío, con sabor a tomate crudo. Los postres muy buenos, muy buena técnica, texturas y contrastes. Camarera perdida, que nos contaba a nosotros unos platos y a los de la mesa de al lado, de otra forma. El chef también lo hacía, no hay homogeneidad en el servicio. Son rápidos y controlan muy bien los tiempos y temperaturas de los platos (excepto paella). La mazamorra, espectacular. El ramen muy bueno. El pargo, pasado de cocción, pero muy equilibrado. Al cordero le falta personalidad. Muy plano. Necesita algo más de punch, algo que te sorprenda. El gofre me estropeó la comida, ya que las hierbas me estuvieron repitiendo 4 horas. Edito tras contestación: Todo esto, se lo comenté a la camarera, que fue a contártelo y en ningún momento, viniste a dar la cara y seso. Es más, nos diste mal el cambio (9€ de menos) e incluso parece que te sentó mal que te los reclamaremos, tirándonos encima del mostrador 10€ como si fueran limosna. Creo que tienes aptitudes, pero no actitudes. Te falta encontrar tu camino, nada más. No creo que vuelva, la verdad. Yo y mi vara vamos donde se nos quiere, no donde se nos desprecia.

El ambiente es cálido y cuidado. Al hacer la reserva se habia dicho que ibamos con personas con restricciones alimentarias, y nos proporcionaron el menú degustación con esta variante, con lo cuál pudimos disfrutar de una variedad de platos buenísimas, si bien al principio puede pensar que se va a quedar "con hambre", para nada, de verdad esperen hasta el final. Todo riquísimo. Una mesa puesta con todo detalle, variedad también en la consumición con restricciones (sin gluten...) El personal dinámico y te explicaban todos los detalles de cada plato. El chef salió al final de la comida para saber como nos había parecido Muy recomendable.

La primera impresión cuenta. Mucho. Bonita entrada, recibimiento acorde al nivel que se espera y un local bonito, con toques modernos entre piedra y acogedor, muy acogedor. Empieza el menú, después que un breve explicación del los mismos (cogimos largo) y como he dicho al principio, la primera impresión cuenta. Primer plato brutal, un explosión de sabores. Nos dijimos mi mujer y yo: como sea así todo el menú vamos a disfrutar mucho. Esperemos que no sea un globo que se va deshinchando. No. No se pinchó el globo. Platos sobresalientes. Mezcla de sabores y texturas. Colores y olores. Bravo Héctor. Disfrutamos muchísimo de tu comida. No cuento detalles de los platos. Hay que ir a probarlos. Hablaremos y recomendaremos tu casa. Nosotros volveremos más pronto que tarde. Por poner un pero. Se echa de menos algún plato “sorpresa”, o bien postres, o bien aperitivos. Siempre hace ilusión recibir un extra en este tipo de comidas. Muchas gracias a todo el equipo.

Un sitio con un menú degustación a la altura de un estrella Michelín y a un precio muy razonable (dentro de este tipo de restaurantes). Las elaboraciones, la presentación de los platos, la selección del maridaje... están cuidadísimos. Si tenéis ocasión de ir y además charlar un rato con el chef aseguro una muy grata experiencia.