Cafeteria Bar Los Valles

Lo que menos me gusto al final. Lo bueno La comida que probamos estaba exquisita y elaborada con esmero. Cada plato es delicioso y bastante abundante. Para compartir es perfecto. El sitio es tranquilo y tiene un césped sombreado donde comer. Los niños tienen dos columpios para jugar. El precio es muy ajustado. Para volver, seguro. Lo que menos me gustó, o mejor dicho, lo que no llegamos a entender: Nos preguntaron si teníamos reserva. Consejo RESERVAR. Sin reserva hay que esperar que quede una mesa libre, normal. Pero también hay que esperar que salga la comanda de esas mesas con reserva. La sensación es de un poco caos. O no Porque a los clientes que han reservado le dan su lugar por haber sido previsores. No entenderíamos a los camareros cuando nos dijeron:"no se cuando salda vuestra comida". Supongo que entre el estrés de la hora punta y un mal entendimiento. Eso si, el cocinero sale cada cierto tiempo, organiza y va dado ciertas pautas para que todos los clientes puedan estar servidos, y todo ello de manera muy cortes y diligente. Por el resto, todo del agrado.

Un lugar con una terraza al aire libre entre árboles y césped creando un ambiente tranquilo y familiar, la atención como si se tratase de un cliente habitual y la atención del Cheff por encima de las expectativas, todo de una calidad de primera y materia prima muy seleccionada y fresca, los tiempos ni más ni menos perfectos y el precio muy aceptable, muchas gracias por el trato a todo el equipo.

Aquí descubrirás un buen chef y muy atento. Platos muy generosos, tanto es así que salió el cocinero para ver cuántos éramos. Ante su planteamiento reducimos la comanda. Además nos describió los ingredientes, la conserva de pescado la realiza el mismo por lo que la ensalada era espectacular. Para volver en la próxima visita. El precio, asequible. Cuando ves la carta parece caro pero es que la ración es para dos personas mínimo.

Espectacular. Ibamos buscando otra cosa, pero lo probamos por su terraza tan agradable. La comida está riquísima, casera, pero también moderna y con ingredientes muy variados. Nos sorprendió mucho un nivel de cocina así en un bar aparentemente sencillo. Delicioso el atún, las tiras de pollo con curry, el bacalao, el pisto, el revuelto... Nos gustó tanto que, aunque era el penúltimo día de nuestro viaje, a la noche siguiente, repetimos. Los postres ni que decir, espectaculares!. La tarta de queso con helado de violeta y la muerte por chocolate, absolutamente sublimes. Un lujazo de sitio. Súper recomendado!