Comparto un experiencia diferente en un restaurant/ escuela de pasteleria ubicado en el corazon del Born en la Ciudad de Barcelona.
Es un recorrido de sabores, texturas, colores de variados platos pequeños para degustar dulces y salados.
En mi experiencia para ir por única vez.
Servicio y comida adecuada, bien lograda con el expertis en pasteleria que requieren la estética de estos platos.
El lugar donde recorres la experiencia en una mesa ovalada con ambiente de Biblioteca con luz calida y exposición guiada por personal de cocina con una proyección en una pared, de la combinacion de sabores. El Servicio es para de 10-12 comensales en simultaneo con platos en línea.
Una propuesta diferente a lo habitual: un menú degustación consistente fundamentalmente en platos dulces (mezclados con otros sabores para no hacerlos pesados) en un comedor ubicado en una escuela de cocina donde los comensales están sentados en torno a una única mesa. Los alumnos son los encargados de preparar el menú, servirlo y presentarlo de una forma bastante didáctica. El menú consiste en tres tapas saladas (donde hemos de jugar a adivinar los ingredientes que incluyen y a qué plato nos recuerdan), un plato salado, cuatro platos dulces y una tapa dulce. La combinación de ingredientes es bastante ingeniosa y la ejecución y la técnica que utilizan es perfecta. Todo esto da como resultado unos platos bastante resultones, col mezclas de sabores y texturas en un mismo plato que hace que quieras dar otro bocado hasta acabarlo. Ningún plato se hace pesado, y los hay realmente brillantes (las zanahorias a la menière merecen una mención especial). Como sugieren "hasta de lo bueno se cansa uno", y eso es lo que buscan, que cada bocado sea diferente y nada monótono, por mucho que nos guste alguno de los ingredientes principales. No creo que sea la intención del restaurante, pero todavía queda camino por si quisieran conseguir la estrella Michelín (especialmente en cuanto a servicio y agilidad). De hecho, lo que más destacaría como punto a mejorar es la espera entre plato y plato, muy elevada para un total de 14 comensales simultáneos. En general, una experiencia recomendable y diferente, muy trabajada y didáctica.
Es una experiencia muy recomendable como una actividad diferente a lo que sería ir a un restaurante a cenar/comer.
Es verdad que esperabamos que las combinaciones de sabores o los propios ingredientes fueran + diferentes de lo que nos encontramos.
Lo mejor de la cena fue el equilibrio del que gozaban todos los platos aún combinando ingredientes muy diferentes entre si.
El juego de identificar sabores también resultó divertido.
La parte que menos nos gustó fueron las explicaciones de los platos y la presentación del propio concepto de espai sucre. La chica se veía muy nerviosa y no transmitía con seguridad las diferentes explicaciones.
En general una experiencia que recomendaría almenos una vez.
Como experiencia está muy bien, te ofrecen 3 rondas primero salado, platos principales dulces y por último dulce pero al tener 2 rondas de dulce seguidas se hace un poco pesado por eso no pongo las 5 estrellas.
Creo que habría que alternar para que sigas notando todos los sabores.
Maravillosa cena en este restaurante-escuela. Nos fueron presentando diversos platos donde el hilo conductor era el chocolate que nos dejaron encantados. Desde tapas saladas a postres, todo delicioso. No pongo 5 estrellas porque podría haber sido más dinámico, el tiempo entre platos se hacía un poco lento.
Es un sitio especial, con una experiencia de sabores sorprendentes.
Muchos detalles en todo, el emplazamiento es rebuscado yo eso si.
Yo no pedí cócteles y de verdad no me hizo falta, casi mejor así te centras en el sabor del plato, ( en mi caso)
Un sitio para paladares y mentes abiertas. Personal muy amable y sitio agradable. Sólo hubo 1 plato que no nos terminó de convencer. Recomiendo la experiencia. Por poner alguna a pega, me parece un error no tener un lugar donde poder dejar el abrigo, no nos preguntaron los nombres e hicieron caso omiso a que uno de los comensales es zurdo.
Conocidos por su escuela y por su original restaurante basado en postres creado en el año 2ooo, han querido ofrecer una experiencia diferente, algo más didáctica, pero por suerte igual de sabrosa.
En Essence quieren poner en auge el postre, tan digno como cualquier otro plato. Un buen final sirve para guardar un mejor recuerdo de una experiencia gastronómica. Reivindicando el papel del pastelero, asumen el rol didáctico de demostrar que el postre es, en muchas ocasiones lo que puede acabar de redondear o de estropear una comida.
En la biblioteca de Espaisucre se podrán reunir 12 comensales. Pensado para todos aquellos que buscan algo diferente, con ganas de experimentar y aprender mucho más sobre los dulces y las técnicas utilizadas por los dos profesionales para endulzarnos: el método Espaisucre.
Essence ofrece en estas reuniones la posibilidad de jugar, degustar y participar en una mesa redonda mientras se disfruta de 3 tapas saladas, 5 postres y 3 tapas dulces. No penséis que es algo único para los muy golosos, precisamente uno de los mitos a desmontar es este. Para ello, las mezclas de ingredientes naturales que ya están dotados de sabores especialmente atractivos junto a las infusiones, las técnicas y el resultado de su investigación sorprenderán al más escéptico.
Gran calidad y creatividad en sus platos, el servicio encantador. Íbamos muy llenas de nuestra ruta por Barcelona y nos dejaron compartir un menú degustación entre las dos. Encantadas ¡¡
Experiencia gastronómica repostera de 10.
Surtido y combinación espectacular. Si quieres conocer nuevas texturas, sabores, ingredientes y entrenar tus sentidos, este es el sitio.
Totalmente recomendable.
An error has occurred! Please try again in a few minutes