Bicnic

Muy buena comida, con concepto moderno de compartir. Utilizan ingredientes modernos y combinaciones novedosas. El local es muy acogedor, luminoso, espacioso y cómodo. La cocina es abierta y hay posibilidad de comer mientras ves a los cocineros manos a la obra ya que la cocina es totalmente abierta. Por otro lado, el servicio deja (lamentablemente) mucho que desear. No destaca en nada, ni para bien ni para mal. El camarero que nos atendió estaba falto de profesionalidad, protocolo y carisma.

Excelente restaurante de cocina moderna. Atención más que correcta. El ambiente moderno, tranquilo y sencillo. Lo encontramos por casualidad después de no encontrar mesa en dos restaurantes cercanos y nos llevamos la mayor alegría posible. De entrantes nos pedimos para probar y compartir las croquetas y los buñuelos seguidos del pulpo a la brasa... increíble todo, croquetas crujientes y cremosas por dentro, los buñuelos tiernos y sabrosos y el pulpo perfectamente cocido, tierno por dentro y crujiente por fuera con todo el sabor de la brasa y muy bien acompañado de una salsa de pimientos dulce que le da un toque muy sabroso. Seguimos con un entrecot de 400grms con mantequilla de trufa.... impresionante, un sabor intenso y muy delicioso, las verduras de acompañamiento al dente y bien sabrosas y la carne perfectamente cocinada al punto, para acabar una delicia de chocolate al 85% y una torrija con plátano...todo ello acompañado de un buen vino tinto del Duero Entrelobos. Repetiremos seguro. Calidad precio un 10.

Restaurante del grupo Betlem, que combina 3 formatos de servicio: la barra o el “fast bar”, para aquellos que llevan prisa; el “slow” que es la zona de mesas donde uno se deja consentir un poco más; y la “mesa del chef” el lugar perfecto para darle caña al chef y al personal de cocina, bombardearlos a preguntas o simplemente disfrutar viendo la preparación de los platos. Una agradable experiencia.

Me sorprendió gratamente este local que lleva relativamente poco tiempo abierto. Aunque el ambiente es un poco frío para mi gusto, tengo que decir que los platos estaban todos muy muy ricos. Disponen, aparte de la carta, de dos recorridos a modo de menú con maridaje opcional. También hay la opción de reservar las mesas que quedan justo delante de la cocina, donde se puede ver cómo los cocineros se desenvuelven en su entorno. Al lado, en el Betlem, de los mismos propietarios, se puede tomar una copa después de cena!

Una cena maridada con vinosafortunado de primera. El local es precioso, con dos ambientes diferentes y una mesa alta justo enfrente de la cocina. El xef víctor Ferrer nos preparo un menú degustación con los platos estrella de la carta . Tanto la presentación como la textura y el sabor fueron excelentes.