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Dos Pebrots es un viaje por la cocina mediterránea, reinterpretada a través de la historia y evolución gastronómica de todos los pueblos que formaron parte de la costa del mediterráneo. Nada más entrar en este restaurante nos damos cuenta de que estamos en un lugar singular. El local está concienzudamente decorado al detalle en cada rincón y, gracias a su distribución, es capaz de generar diferentes ambientes dentro de un único espacio. Dos Pebrots nos invita a probar su cocina a través de 3 menús degustación o a la carta. Nosotros escogimos la carta, ya que vimos platos que nos llamaron la atención por encima de los incluidos en los menús, probando un promedio de 3 entrantes, 4 principales y 3 postres cada 2 personas por un valor de 63 € por persona. Todo lo que comimos estaba increíblemente bueno y destacaba por la excelencia del producto y la forma en la que el ingrediente principal del plato quedaba realzado (pocas cocinas son capaces de sacar tanto partido a productos humildes como el puerro o la patata). Desde los platos más sencillos hasta los más complejos, todos se caracterizaban por lograr un perfecto equilibrio y una gran profundidad de sabores muy agradables en boca. En conclusión, Dos Pebrots es para nosotros un lugar al que acudir sin ningún tipo de duda. Disfrutaréis de una magnífica comida, probando gran cantidad de platos, y a un precio muy razonable.
Ubicado en el barrio del Raval, local alargado en dos plantas de diseño moderno estilo industrial. La cocina abierta al comensal. Ofrece una cocina contemporánea mediterránea con ingredientes de calidad y presentaciones muy cuidadas. Se puede ordenar a la carta o decantarse por uno de sus tres menús degustación. Elegimos el menú intermedio, por 85€ disfrutamos de 9 pases salados y 2 dulces. Salimos saciados. La carta de vinos es amplia, variada y bien elegida. La cristalería de buen nivel y los recargos en los vinos algo elevados. El servicio es atento y profesional.
Gran experiencia! Cada bocado es un viaje y debo confesar que probar ciertos platos me causo reticencia pero me encanto! Sentarnos en la barra fue lo mejor. Servicio y ambiente perfecto.