Un espacio perfecto para tapear, comer, cenar... con un buen vermut, vino o cerveza. Todas las propuestas son muy atractivas (ensaladas, raciones, tapas). Buen producto y bien tratado. El espacio, agradable, como en casa. El servicio es rápido y el trato atento y con cariño. Ya hemos estado alguna vez y siempre hemos salido contentos. Fantástica ubicación. Volveremos, sin duda alguna. Y lo seguiremos recomendando!
Hemos estado en pareja a comer compartido hoy y muy bueno todo el canalón de rabo muy jugoso y tierno, pulpo a la gallega exquisito con patatas enteras pequeñitas muy bien se desacian y el arroz negro muy bueno, un local acogedor e intimo, muy agradable todo.
Fuimos a cenar 6 personas así que pudimos probar varios platos aunque algunos en poca cantidad. Estaba todo bastante bueno y la relación calidad-precio está bien. Salimos a 18 euros cada una y pedimos dos canelones de toro, la sepia, el pulpo a la gallega, el arroz negro de miso, y los huevos con bogavante. De postre pedimos el tiramisú que estaba muy bueno y era bastante grande y la tarta de queso que es una de las mejores que hemos probado. El servicio fue rápido y atento. Volveremos a probar más cosas seguro.
Un lugar para disfrutar de la comida hecha de forma tradicional con materia prima de primera calidad. Optamos por comer picando diferentes tapas y raciones para degustar más platos y he de reconocer qué ninguno me defraudó, Sino por el contrario aportaban cada uno de ellos una faceta diferente que me hizo disfrutar todo el tiempo. La atención de la camarera fue cercana, eficiente y muy agradable. Un lugar muy recomendable.
La verdad que bastante bien. Había visto comentarios buenos sobre el sitio y no desmerece. Fuimos diez personas lo que nos llevó a poder probar bastantes platos pero en poca cantidad. A destacar el arroz de secreto (tenía tan buena pinta que se me olvidó la foto) y, en general, lo que más “triunfó” en la mesa fue la ensaladilla de salmón, canelón de toro y la tarta de queso. El camarero que nos atendió nos aconsejó bien y era muy simpático.
Lugar maravilloso donde ir a disfrutar de la cena con amig@s. La comida está muy rica y el servicio fue muy amable.
Excelente elección!!!
En pleno centro de Zaragoza, a un paso de la catedral y en una coqueta plazoleta, Plaza de la Cruz, hemos descubierto este local con una coqueta y agradable terraza, a última hora y recién llegados a la ciudad.
El servicio excelente, muy de agradecer las recomendaciones orientaciones del camarero en cuanto a cantidades, los platos son verdaderamente espectaculares, nos gusta pedir para compartir y aún siendo de buen comer... dos platos son suficiente para un almuerzo.
La carta no es muy extensa pero sí variada, hay para todos los gustos y paladares.
La elección fue huevos rotos con patatas y jamón y lomo con guarnición, todo está muy bueno.
Buena preparación, presentación y servicio.
Relación calidad, cantidad y precio estupenda.
(A ver si convenzo a mi marido para repetir en la cena 😉)
No cambiéis, todo perfecto y el camarero excelente!!!
Buena ubicación y buen producto. No obstante lo encontré carete.
Compartimos un surtido de croquetas y unas chips de berenjena.
Las croquetas están buenas, pero algunas estaban frías en el interior. Lo típico de freír sin descongelar bien.
La berenjena correcta.
Luego cada uno se pidió dos tapas. Las que yo probé fueron la carrillera y el canelón de rabo de toro. Muy buenas las dos.
El falafel bien.
La brocheta de pulpo muy muy escasa.
Salimos con el vino a 17,50 € cada uno.
Lo dicho, todo bien, pero encuentro el precio un poco pasado para dos tapas y lo del centro a compartir.
Los platos están bastante ricos, tienen alguna opción vegana como el falafel. La atención debería mejorar, no nos pusieron cubiertos completos y se notaba que tenían mucha prisa en servirnos, dando al final la sensación que querían cerrar o comer ellos. No tienen cafetera. Nuestra reserva fue para comer a las 14.30h.
Un gran descubrimiento. La terraza del Viejo Negroni es en si misma un gustazo desde la primavera hasta el otoño pero sus raciones y arroces son un auténtico deleite. A la calidad y sabor de los platos se une uno de los mejores servicios de los que hemos disfrutado últimamente. Reservar se hace imprescindible.
Muy buen servicio y comida muy buena. Quizás la carta no es muy extensa pero hay variedad. Por poner algun pero no disponen de cafe y los precios baratos no son. No obstante repetiria. Los huevos rotos con jamón y el cachopo de 10.
Nos atendieron muy bien. Todo buenísimo pero a destacar el arroz negro, volveríamos a pedirlo sin duda.
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