Maravillosa experiencia. Ya lo visitamos cuando estaba en Torrero y sigue siendo un placer. Nos gustó mucho el trato que dan con humo a algunos pases, magistral y que se mantenga el Huevo Senda en el menú, está riquísimo.
La carta de vinos no muy extensa pero muy bien elegidos y muy bien de precios.
Muy muy recomendable.
Platos únicos son sabores espectaculares. Un restaurante muy acogedor. Caben unas 20 personas en toda la sala y eso hace que el ambiente sea especial. Son 10 platos con menú cerrado y en cada uno de ellos su personal te explica con todo detalle los ingredientes y la forma en la que los cocinan. La calidad precio es realmente buena. En el último postre el propio chef sale a servirte, un gran detalle por su parte. El personal súper amable. Nos hemos ido encantados y repetiríamos una y mil veces.
El exterior hace que la sorpresa que espera en el interior pase desapercibida.
Una vez dentro, la atención del personal de sala es una maravilla, al igual que su espacio y el sabor de su cocina.
Platos con ingredientes modestos con una ejecución impecable por parte del jefe de cocina. Texturas, temperaturas y sabores difíciles de conseguir que, sin duda, son un deleite para los sentidos.
Un gran servicio de sala junto a un manejo extraordinario en cocina hace que disfrutar de una experiencia gastronómica en La Senda despierten ganas de volver a repetir —ya que su menú cuenta con cuatro cambias al año—.
Solo queda dar las gracias por una apuesta de calidad y mimo por los ingredientes y el público en Zaragoza.
Comida espectacular, con sabores únicos. Es un lugar tranquilo, sin muchos comensales. Menú degustacion cerrado. Calidad precio un 10. Los camareros muy atentos; cada vez que servían un plato, te explican lo que el cocinero quiere conseguir con los productos que componen el plato.
Hotel Cresol Calaceite
+5
Restaurante con un aforo reducido (12/14 comensales) que aporta mucho confort, tranquilidad y sobretodo, poder prestar un servicio impecable con un ritmo perfecto.
Cocina de autor, contemporánea, con platos sabrosos y sorprendentes en su elaboración, destacando el huevo senda, el arroz con pollo y el trampantojo del mejillón.
Carta de vinos reducida pero con referencias acertadas.
En pocos restaurantes se puede disfrutar de un menú degustación tan generoso a un precio tan asequible (50€).
Destacar la profesionalidad del maitre y conocimiento de las propuestas ofrecidas.
La Senda es un valor muy seguro, la experiencia gastronómica con mejor relación placer precio de Zaragoza. La cocina, la sala, la experiencia y el trato al cliente de la familia Baldrich son los grandes motivos de evadirse y disfrutar.
Comedor muy elegante y coqueto de plazas limitadas (12 aprox por servicio) con menú degustación que suele variar cada 4 meses. Cocina moderna llena de técnica que pone en valor productos más cercanos y humildes, potenciando siempre la proximidad y el buen producto. Se juega mucho con el aroma, las texturas, la sorpresa, los trampantojos...potenciando la experiencia del comensal.
Además, una bodega que va creciendo constantemente tanto en variedad como en calidad.
Servicio humilde, cercano y muy amable que viste perfectamente la sala. Larga vida a La Senda!!
UN LOCAL ENCANTADOR E INTIMO. MESAS GRANDES.POCOS COMENSALES.ATENCION EXQUISITA.LOS TRES HERMANOS QUE LO LLEVAN SON SIMPLEMENTE ENCANTADORES.PRESENTACION DE LOS PLATOS MUY BUENA.EXCELENTE TIMING ENTRE PLATO Y PLATO. Y LOS SABORES BARBAROS.TODO A UN PRECIO MAS QUE PRUDENTE.CARTA DE VINOS A MUY BUEN PRECIO.UN SOBRESALIENTE.MAGNIFICA EXPERIENCIA. REPETIREMOS SEGURO
Fue una experiencia inmejorable. Desde el local, íntimo y acogedor, el trato cercano y muy profesional del personal de sala y la comida, producto de cercanía y de gran calidad. La propuesta del menú nos encantó. Sin duda el huevo Senda te deja sin palabras pero el juego que dan muchos pases es sorprendente( no hago spoiler) y el precio muy ajustado para la calidad que ofrece todo el conjunto. Esperando el nuevo menú para volver, lo cambian cada temporada.
Una experiencia gastronómica excelente. Todos los platos eran sorprendentes y estaban perfectamente elaborados. El menú va in crescendo. Se nota también el cariño y la dedicación del equipo humano y cómo tratan de mantener esa esencia familiar y tradicional. Volveremos, seguro.
Experiencia perfecta. Se trata de un agradable local, con pocas mesas pero se deja espacio para la intimidad.
El servicio es amable y cercano, sin dejar de vista la profesionalidad.
El menú original, delicioso, con buen producto y una elaboración que no deja indiferente.
En cuanto al vino nos dejamos aconsejar y fue una buena elección para acompañar el menú.
En definitiva, uno de los mejores restaurantes de la ciudad, con menú muy bien de precio en relación con la calidad y que va cambiando cada 6 meses.
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