Sophia 2022

Buscaba un sitio acogedor y con buen ambiente por la zona para cenar con mi madre q no es de aquí y quiero decir q nos encantó la experiencia de haber encontrado este bistro …desde la atención del personal super amable cercano y adradable (el mismo cocinero nos recomendó los postres, tenéis q probar las trufas😋 y el gerente q nos atendió con el tema de los vinos íbamos indecisos 😁) hasta la comida que fue espectacular, cada plato nos sorprendió gratamente. Desde luego un acierto , nos quedamos con ganas devolver para probar todo lo q hay en la carta . Recomiendo con mucho gusto 🙂

Bonito local en la zona centro de Zaragoza donde comer con calidad. La filosofía de la carta es compartir y así nos lo dijo la persona que nos atendió. Pedimos 2 croquetas, una de jamón y otra de picaña. La de jamón es espectacular. La otra está buena, pero no la pediría otra vez. Compartimos una ensalada con helado de tomate y garrapiñadas, unas zamburiñas y un tataki de vaca madurada. Podría decir que cualquiera de los 3 platos sería para repetir otro día. Muchísima calidad en ellos. Postres, como siempre, tarta de queso, con sabor a queso y con helado de queso ahumado. Me comentaron que esto, o lo amas o lo odias. Soy amante. Y una torrija con helado de violeta y chocolate blanco, qué gusto mucho a mi mujer, a excepción del helado que no le convenció. 2 copas de cervezas completaron nuestra visita y fueron unos 66€. Merece la pena visitarlo.

Fuimos allí por las buenas críticas que tenía y sin duda las merece todas!! 😍 Cenamos de lujo en un local muy acogedor, perfectamente decorado con elegancia y gusto. La atención de los camareros es estupenda, te aconsejan y te recomiendan platos y cantidades. Da gusto! Tiene una amplia oferta de entrantes, carnes y pescados y además tienen platos fuera de carta y de temporada. Nos encantó todo, pero por destacar algo, lo que más nos gustó fue la croqueta líquida, el ravioli de pato y la picanha (si sois de buen comer, pedid 2 porque la cantidad no es demasiado para compartir). Y de postre,….. sí o sí hay que probar la tarta de queso Idiazábal, un placer para los sentidos!! 😋😋 Aunque la torrija también estaba rica rica! Un 10 para Alberto, el jefe de cocina!! Se nota que cuida cada detalle y se desvive por ofrecer siempre algún plato fuera de carta! Muy buen detalle que tras la vorágine de la noche se pasara por las mesas para hablar con los clientes y preguntarnos qué tal habíamos cenado. Un restaurante estupendo en el que puedes quedar fenomenal tanto para ir con tus padres como para una comida de negocios. 💯% recomendable!!!

Experiencia increíble. Platos riquísimos de muy buena calidad, incluso el pan. Un trato muy amable y atento de todos, a destacar los camareros Judy y Diego que nos atendieron durante la cena y el Chef Sevilla. Además tuvieron el detalle de ponernos la vela en la tarta por nuestro aniversario😊 Volveremos seguro! Gracias!

No conocíamos este restaurante y ¡qué descubrimiento! El sitio es muy agradable y está bien decorado (única pega: insonorización que hace que haya mucho ruido). La comida está rica (muy bueno el pan) y son muy organizados y atentos (tomamos croquetas-empanadillas, raviolis, zamburiñas, steak tartar y ensalada con helado de tomate). Los postres, una verdadera pasada (el de chocolate muy rico pero lo de la tarta de queso otro nivel, pedimos en todas partes y esta sin duda de las mejores que hemos probado). Precio muy razonable para el nivel. Éramos 5 y salimos a unos 30€ por cabeza (comiendo bastante). Volveremos, sin duda.

Desde cavas y champagne a generosos para acompañar un postre, además de una amplia selección de tintos, blancos y rosados. Pero sin duda, uno de los aspectos más destacados de la carta es que alrededor de una treintena de estos vinos se pueden tomar por copas, una propuesta ideal si vas a tomar unas tapas y deseas tomar vinos diferentes y de calidad. Algo por lo que destaca este restaurante, es por el jamón ibérico cortado a cuchillo, pocos establecimientos mantienen un servicio como éste para el disfrute de los buenos aficionados a este majar exclusivo. ¿Quién se puede resistir a esas lonchas bien cortadas que se funden en la boca sin casi tener que masticar? La carta de los platos es tan atractiva que se hace difícil elegir, apetece todo. La ensalada de helado de tomate con canónigos y nueces caramelizadas, las clóchinas mediterráneas en cocotte al vapor de champagne. Las zamburiñas gallegas gratinadas sobre una cama de chalotas y puerros, o unas cigalas grillo con triple refritada donostiarra. Suprema de bacalao gratinado con mahonesa de padrón, o el tartar de atún rojo con emulsión de aguacate. En cuanto a carnes, el carpaccio de picaña de vaca, el steak tartar con pan Carasatu o el tataki de vaca madurada. Todas ellas son algunas de las interesantes opciones que se ofrecen. Con la opción de pedir medias raciones en algunos de los platos, lo que hace que las posibilidades de disfrutar de viandas variadas se amplíe.

Empezamos con un surtido de embutidos (18€) italianos que estaban muy buenos, ostras(4€) y una croqueta (2,90€) para cada uno, unas mollejas espectaculares (16,5€) y terminamos con un tataki de vaca (24€). De postre una torrija (7€) espectacular y la tarta de queso (6,5€) igualmente espectacular. Cortesía de la casa un tartar de atún y cremoso de chocolate de postre, ambos muy muy buenos. La atención del personal y el ambiente de lo mejor que hay en la ciudad actualmente. Sin ninguna duda recomendable y sin ninguna duda volveremos.

Impresionante la atención y el servicio desde que pisamos el establecimiento. Disponen de una carta muy amplia de vino para todo tipo de bolsillos. La carta de comida es espectacular, disponen tanto de carne como pescado de diferentes tipos, acabados y texturas. Los postres son una maravilla!! Nos hemos quedado con muchas ganas de volver para probar el resto de carta. Gracias por hacernos sentir como en casa