Naoki

Fuimos dos personas a comer el sábado. Por si acaso, reservamos por teléfono pero había bastante sitio libre, así que si no son fechas señaladas, seguramente no haya problema de disponibilidad. Pedimos takoyaki, bastante bueno; uramaki de gambas; quizás lo mejor de lo que perdimos con un toque muy rico de gamba frita; y yakisoba de langostinos. Quizás este último, el yakisoba, fue el menos acertado ya que no venía con langostinos sino con gambas y el sabor no era muy destacable, aunque tampoco malo. La atención de la cámara fue excelente. El único fallo es que nos cobraron de más por los vinos, ya que en la carta ponía la copa a 2,50€ y nos la cobraron a 2,60€.

Ambiente tranquilo, bonita decoración. Comida muy bien, no había comido nunca comida japonesa, aunque es versión peruana, dada la gran colonia que hay en ese país de japoneses. Y me gustó. Vimos como hacían muchos de los platos en la barra. Cosa negativa para mi, no tenían un buen café ni una buena infusión. No están preparados para ello, o la gente no pide esto ahora.

Comida asiática correcta...teníamos ganas de probarlo desde hacía tiempo pero igual no supimos elegir bien o las respectivas eran altas y al final quedamos algo decepcionadas...el servicio muy rápido y el personal muy amable que en todo momento nos resolvió las dudas...el local es pequeño y ese día entre semana no estaba muy concurrido

Todo lo que comimos estaba bueno y lo sacaron bastante rápido. Nos decidimos por el combo de veinte piezas, con bastante variedad y mezcla de sabores, aunque no eran bocados muy grandes, y para dos personas se nos hizo corto. Lo mejor de este combo fueron sin duda los futomaki tempura. También pedimos una ración de takoyaki, estaban realmente buenos. Muy sabrosos, lo que mejor sabor de boca nos dejó.

Nos atendieron con mucha amabilidad. Los platos estaban muy buenos especialmente las algas wakame. Los precios son algo elevados sobre todo las bebidas. Deberían ofrecer agua del grifo gratis como dicta la ley vigente y es práctica habitual en Japón (donde nada más sentarte te ponen un vaso grande de agua fría sin preguntar).