Rogelios

Acudí para un bautizo, nos pusieron en un salón en el que estuvimos solos, la verdad, que muy bien atendidos por los camareros, teníamos una niña pequeña y pudo estar tranquila sin molestar a nadie. La comida buena, bonito lugar. Afuera dispone de mucho sitio para jugar y correr, ya que esta detrás de la cámara de comercio y la romareda.

Un restaurante, sin duda, emblemático de la bimilenaria Zaragoza, con 60 años de servicio en el barrio de La Romareda, junto al campo de fútbol. Recuerdo, ya de niño, haber acudido allí por algún banquete de primera comunión de algún primo, hace varias décadas... La comida es muy buena (secreto ibérico con patatas panaderas) y el servicio eficaz. Importante: no ofrecen medios menús, aunque te puedes llevar a casa el plato que no comas en el restaurante. La decoración es algo anticuada (mezcla de rincón románico altoaragonés, vegetación tropical y estucados blancos parisinos) que creo deberían reformar. La terraza es agradable con sol, coincide con otras de la zona.

Hemos comido 33 en el cumpleaños de una tía de la familia. Hemos estado Super bien servidos y atendidos, a pesar de que no hacíamos mucho caso a los camareros. Han tenido mucha paciencia con nosotros. La comida: los primeros y segundos muy ricos, algún postre.... No hemos salido muy contentos. A mí no me ha gustado el flan y las torrijas eran puding. Nos han decepcionado un poco. Pero como digo, la comida muy rica. La dorada estaba super buena. Hacia muchos años que no iba a Rogelios y me ha gustado.