Marengo Casual Food & Drinks

Restaurante en el centro de Zaragoza, local con tres espacios, a la entrada mesas altas y luego dos salones bastante espaciosos. Decoración bonita y camareros muy atentos y amables. Hay menú con bastantes opciones para compartir o carta con muchos platos a elegir. Nosotros cogimos para compartir unos pimientos, croquetas, ensaladilla rusa y un risotto, muy bueno todo. De postre, una idea bastante original, nos pedimos un MiNiGIN para terminar y así la comida bajar.

Tienen un local bien ambientado y buenas instalaciones. Me ha gustado que apuestan por la comida de la tierra. Tienes una amplia carta con mucha variedad y con ingredientes de la zona de Aragón. Lo que no gusta es que tengas a los camareros metiendo prisa a medio plato y pasando 4 veces cada 5 minutos, además de sacarte la cuenta antes de pedir un postre o algunas bebidas... Para repetir? Para pensarlo.

El restaurante es muy mono, la atención muy buena. El menú entre semana cuesta 18,90€ y me pareció un poco escaso. Vino bastante bien para ser de menú, y la comida de sabor etc también muy bien. Café a parte. Contras.. las mesas pegadas a la puerta son un horror. Abren la puerta y pasas frío. Todos apiñados en la zona entrada, bastante incomodo y mal. Es preferible dar menos menús y que la gente esté cómoda. Los de la mesa de al lado también comentaron tema frío.

Estuve recientemente por una cena de empresa y la verdad es que el sitio supero mis expectativas gratamente. Empezar diciendo que la comida es espectacular. Teníamos 3 entrantes a compartir: -Baturrata: Un sabor muy suave y refrescante que invita a seguir comiendo, buenísima. -Carpaccio de atún. Una delicia de sabores, ligero y con un toque refrescante gracias al jengibre. -Risotto aragonés: Potente y perfecto para dar paso al plato principal, que no engañe la cantidad de cosas que lleva, está todo perfectamente balanceado para destacar como entrante. Luego como principal pedí las albondigas, reconozco que estaban deliciosas, muy tiernas, una salsa suave pero deliciosa y las patatas acompañaban muy bien. Si que es verdad que pensaba que estaban más rellenas de queso, pero tampoco es algo por lo que criticarlo, estaban perfectas. La guinda del pastel fue la tarta de queso, simplemente espectacular, se notaba el sabor de las galletas lotus en la base lo cual encajaba perfectamente con la tarta. No meequivoco si digo que la catalogo entre las mejores de Zaragoza, no la mejor, pero no se queda para nada lejos. El ambiente y el servicio de los empleados es perfecto, todo muy profesional y cercano a la vez. Desde luego llevo intención de volver en el futuro. Recomendado 100%