Colette

Un restaurante de toda la vida, con clase y saber estar, y con una carta "délicieux" de la mano del premiado chef zaragozano Félix Baztán Martínez. El estilo de cocina es vanguardista y creativo, pudiendo encontrar platos muy variados tanto de origen como de preparación. El entorno es acogedor, con dos plantas y una terraza exterior climatizada. Es excesivamente difícil conseguir mesa sin reserva. El trato del personal es muy educado, respetuoso, muy al gusto del cliente. Los precios no son bajos, pero tampoco son excesivamente caros teniendo en cuenta la relación calidad-precio y lo que hay por Zaragoza. Fuimos a celebrar un cumpleaños con familia y amigos, y todo salió estupendamente. Recomiendo los espaguetis a la carbonara de yema y guanciale, y el sashimi de salmón con vinagreta japonesa. Los postres son muy variados, recomendando la tarta de Oreo (que en realidad no es una tarta como tal, sino un frasco con mezcla cremosa de galletas Oreo coronada por dos o tres minigalletitas de la misma marca, pero riquísima). De bebidas, a destacar la carta de vinos. En resumen, que es un sitio único que todo visitante de la ciudad y todo ciudadano debería probar por lo menos una vez en la vida, aunque en mi caso ya hayan sido varias 😉.

Muy bien! La comida muy rica. El servicio atento y agradable. El lugar cómodo. Ambiente no ruidoso como en otros restaurantes, con las mesas bien espaciadas. El local es bonito. No es un restaurante barato, pero muy adecuada calidad precio. Mesas con mantelería de tela. No me pidieron un turno específico en la reserva. Muy satisfecho y sin duda que volveré. Por poner una pega no me gustó que los precios de los menús están sin el IVA.

Muy buen restaurante con varias opciones de menú, hicimos uno que era de los más caros pero valía la pena, unosn 42€ (pan con tomate con jamón y de segundo chuleton con 1 botella de Viña pomal cada 2 personas). La calidad y cantidad las encontré fenomenal. Como única crítica es que fueros muy muy lentos entre el primero y segundo (nos pedimos otra de vino de la espera y cedieron a no cobrarla, se portaron muy bien y se agradecen estos gestos cuando falla algo en el servicio).