River Hall

Además de la carta cerrada nos pusieron dos aperitivos más. Servicio estupendo, saben servir bien, excelentes camareros. Ambiente tranquilo, la terraza para ti sólo. Genial para sacarte unas fotos teniendo de fondo El Pilar. Un posible cambio sería el mobiliario de la terraza por deterioro. Están muy atentos al viento, al calor, etc., de cara al comensal. Baños preciosos y muy bien equipados. Tiene parking, es barato, unos tres euros, si te pasas de hora o lo quieres dejar más tiempo de cuando el restaurante cierra, sí que cobran más.

Era nuestra celebración y queríamos algo diferente. El restaurante esta en un buen sitio, pero esperaba algo mejor. La comida sosa sin sabor, para mi creo que hay, muy poca iluminación aun que es cena, casi no veillas lo que había en el plato ,el servicio básico se veía solo a una camarera mandando a otra más joven en vez de ocuparse del servicio al clientes. (Igual nos ha tocado el dia malo) No volvería.

Si hubiese más calificación, le daría más.Las vistas son espectaculares; la decoración, muy cuidada y con muy buen gusto desde que cruzas la puerta de la calle; la comida, exquisita y muy bien presentada, y el trato, espectacular, amable y educado. Sobre todo, el de Jesús, el camarero que nos atendió en San Valentín, todo un profesional enamorado de su trabajo y del trato con la gente. Volveré, sin ninguna duda.

Restaurante muy bonito y con vistas espectaculares al Pilar. El trato muy amable. Tienen un menú semanal en el que solo puedes elegir si comes carne o pescado. En mi opinión algo caro para lo que ofrecen (37euros) y la cantidad de la comida un poco escasa. Como punto negativo si te toca en la mesa que da el sol pasas algo de calor a pesar de los estores.

Absolutamente recomendable. Fui a celebrar mi cumpleaños con la familia y no puedo poner ni una sola pega. Todos los platos exquisitos, detalles muy cuidados, servicio rápido y fantástico. Como nota mi madre es algo especial o (exigente) con los pescados y comento que ha sido uno de los mejores que ha comido. Una visita de 10!

Espectaculares vistas desde la mesa, si es de noche atardece por un lado, el ebro a nuestros pies, y el Pilar en lado contrario a la puesta del sol. La comida muy buena, muy elaborada y muy sabrosa. Muy bien atendidos, y una terraza de ensueño para tomar una copa. Recomendable cien por cien a lugareños y foráneos...!!!!!