Muy buena calidad y buen precio para el menú del día.
Un lugar bajo los árboles donde pasar un buen rato.
espectacular Mogote y flan zamorano. para repetir 200% zona de pinos con paseo por la ribera. mis fotos obviamente no hacen justicia ni a los platos ni a Alberto y su equipo
Todo riquísimo! Las mollejas muy ricas, el secreto ibérico de bellota increíble, y las patatas muy muy buenas, con sabor a ajo. Las croquetas sabían mucho a jamón, y la ensalada de queso de cabra muy buena también. El dueño Alberto un amor, muy atento. Hasta nos preguntó si queríamos que bajara el volumen de la música. Además, el sitio muy agradable.
Héctor un gran profesional, igual que el resto del equipo.
El ambiente, excelente (hay que tener en cuenta la situación, hierba, árboles y junto al río).
Alfonso, el príncipe del mojito...
La comida, suficiente (cada ración o cazuelita es para 2 o 3 personas, dependiendo del apetito de cada uno).
El aparcamiento bastante bueno (en días que haya llovido la víspera habrá charcos).
El acceso a la vida pública, muy bueno con suficiente visibilidad.
Existe un carril-bici que pasa junto al merendero que forma parte de un recorrido por las orillas del río con explicación sobre la fauna y flora de la zona.
Un acierto… en todos los sentidos.
He visto reseñas de qué tardaron en servir, pero no fue mi caso, por lo cuál difiero. Me imagino que sería por época o acumulación de mesas.
Hemos comido hoy con toda mi familia y nos hemos puesto las botas con gusto recomendado 100%
Una de las mejores terrazas de la ciudad, si bien algo alejada del centro, está al pie del Duero, en pleno carril bici, buena opción para tomar algo y disfrutar de la tranquilidad de una de las zonas de paseo por excelencia de Zamora. El menú de fin de semana es de 20 euros, con primero, segundo, postre y bebida. Tiene buena calidad y cuatro o cinco platos a elegir.
Lugar agradable al lado del rio Duero. Buena cocina con buenos ingredientes.
Cuando hay mucha gente el servicio se vuelve un poco lento pero el lugar y la comida valen la espera.
He venido a comer en agosto, bajo la sombra de los pinos, bastante fresco. El servicio, estupendo. Hèctor nos atendió fantásticamente bien, rápido y eficiente. La comida muy buena. Ensaladilla muy reseñable al igual que el cordero, muy bueno. Mollejas buenísimas… Y emplazamiento muy agradable… para estar a gusto , comer bien y tener una buena sobremesa.
Jimena González-Santander Hernández
+4
Un gran lugar donde comer o cenar en los días de verano. La comida muy rica y con gran variedad para satisfacer todos los gustos y apetitos. Además, el pulpo a la brasa con parmentier de trufa exquisito. El servicio muy amable, atento y rápido. Volveremos
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