Restaurante Eusebio

Uno de los restaurantes de "toda la vida" de Zamora. Platos de buena calidad a un precio quizás no tan bueno. Buena atención. Probamos ventresca con pimientos, las croquetas caseras, un rico jamón, mollejas con setas, pulpo y carne al punto (puede que el plato más flojo), de postre una deliciosa crema catalana. El local pide a gritos renovar el mobiliario. La situación es buena, junto a las Tres Cruces, aparcamiento regulado por la ORA

Restaurante familiar con comida de primera calidad a un precio recomendable. Trato de 10 por parte de todos. Recomendado en todo momento por Eusebio quien acerto en todo. Un solomillo que sin duda repetiré la próxima que pase por Zamora. El atún rojo, que no lo pedí, creo que esta de escándalo según vieron mis ojos. Recomendable 100%.

Un lugar estupendo para comer en Zamora. Está a 10 minutos del centro. Merece la pena darse el paseo. La calidad de la comida es muy buena. Los camareros muy atentos y pendientes de todo. Nos pusieron dos tapas, mientras esperábamos el primer plato, de queso y puerros. El queso riquísimo y los puerros exquisitos. Como mantequilla. El primer plato de pulpo exquisito. Después pedí solomillo y, aparte de ser una ración generosa, estaba realmente bueno. Y para terminar nos recomendaron varios postres caseros. Escogimos tarta de queso con membrillo. Riquísima también. Un lugar muy recomendable.

Este restaurante se encuentra un poco apartado del centro, a unos 10 minutos aprox. andando de la plaza mayor. Tiene un salón pequeño, con lo que es recomendable reservar antes. La carta no es pretenciosa, sencilla y apostando por la calidad. Pedimos una ración de pulpo y unos solomillos de ternera. Nos sirvieron queso curado y puerros asados de entrante. La comida nos encantó, el pulpo bien tratado y la carne sabrosa y en cantidad generosa, de postre tarta de queso. Los precios dentro de lo normal para estos productos. Lo mejor sin duda la calidad y el servicio, la atención en mesa muy cuidad y respetuosa. Repetiremos seguro. La única pega, tal vez, el aire acondicionado que incidía directamente en la mesa y al cabo de un rato era algo molesto, pero asumible.