Maraú Beach Club

Desde siempre teníamos claro que nos queríamos casar en la playa, buscamos varias localizaciones pero al ver el Maraú no nos quedó ninguna duda que debería ser ahí, justo lo vimos en una boda de noche y nos encantó, después ya hablamos con Rosa, nuestra encargada de organizar todo en el Club, y nos atendió a la perfección desde el principio a fin. Todo salió muy bien a pesar de las adversidades climatológicas que vinieron en el último momento y aún así cambiaron el lugar del cóctel rapidísimo. La comida es un espectáculo y no solo el día de la boda ya que siempre que estoy por la zona intento acercarme a comer/cenar uno de los días y si van sin prisa no duden en probar los cócteles en el Beach Club que son una maravilla y con unas vistas impresionantes. Agradecer a todo el servicio pero especialmente a Rosa, Isi y el dj de la boda que nos atendió a la perfección. Gracias por hacer tan bonito un día tan especial para nosotros

Sitio imprescindible en Vera con vistas a la playa y el mar. Tiene un ambiente agradable, con una zona de restaurante que, aunque no es especialmente barato, la comida está muy bien elaborada y el servicio es muy bueno. Fuera de verano, ofrecen menú del día muy recomendable y con varias opciones a elegir. También hay una zona de piscina, camas, música y mesas altas para tomar algo. Conocemos el Maraú desde hace años y nos encanta.

El local es muy bonito, muy bien decorado, la música muy animada, las zonas diferenciadas que tiene muy acogedoras (zona de piscina, zona de mesas bajas en terraza para cenar, zona de mesas altas para tomarte algo en terraza, zona de restaurante de mesa y mantel cerrada y zona cerrada de discoteca). Una pega es que la comida es de salsas y mezcla de dulce con salado y mucho frito. La otra pega es que los camareros en el restaurante de mesa y mantel una vez me abrió la botella de vino poniéndolas entre las piernas..... Si por el precio que se paga por consumición/cena se dedicará más recursos a los camareros, sería otra cosa.

Pedimos picoteo para compartir entre 5. El lugar es bonito, el servicio muy amable y la comida buena. Cogimos gyozas (8 piezas), noodles, croquetas (9 piezas), tartar de salmón y canelones (muy buenos). De postre pillamos torrijas y explosión maraú. Los postres fueron individuales y pedimos vino y agua para beber. Nos costó unos 145€. Como recomendación personal, pedid algo más de comer y compartir postres.

Es la tercera vez que venía a comer y cada vez que vengo, se que volveré. Trato impecable, ambiente relajado e instalaciones de lujo. La comida combina platos más tradicionales, con otros platos más atrevidos y originales, pero está todo de muerte. Remarcar el trato que le dan a la carne, el cocinero que usa la brasa al carbón sabe cómo hacerlo, y tanto el solomillo como el entrecot que pedimos estaba hecho de 10, en pocos sitios en teoría más propios de carne me he comido un solomillo mejor hecho. Volveré una cuarta vez

Lugar con un ambiente super agradable, muy recomendable para amigos y parejas, aunque también hay menú para niños. El servicio es rápido y el personal muy atento y agradable. La comida de calidad, tanto en carnes como en pescado. Espectaculares las almejas (no me dió tiempo a echar foto 🙈), el bacalao muy rico y el solomillo de cerdo en salsa roquefort muy sabroso. El postre de chocolate no recuerdo el nombre pero también muy recomendable 😋