Típica bodega adaptada a restaurante, con todo lujo de detalles.
No hay problema de aparcamiento ya que se encuentra a las afueras y dispone de una amplia explanada donde únicamente está abierto este local (el resto de restaurantes que había allí tenían pinta de estar cerrados un tiempo).
Atención rápida y correcta.
A destacar las alcachofas con una salsa riquísima. Y el chuletón con muy buen punto y textura.
No tomamos postre pero el café de puchero está muy bueno también.
Cantidades suficientes en relación al precio.
Lo único que no me gustó son las prisas del camarero por apartarnos los platos... Aún no habíamos terminado los primeros y ya nos estaba apartando el cubierto.
Pero por lo demás para repetir, sin duda.
Un restaurante que combina su rica comida tradicional con un espacio único. Se trata de una cueva muy bien habilitada como restaurante. Bien atendidos. Pedimos chuletillas de lechal que destacaron sobre el resto
Victor Cura (LogicWinner)
+5
Buen servicio a mesa, atención rápida. El cuarto de lechazo está muy bien, blando y crujiente.
Los precios habituales y por más o menos la zona son parecidos.
Nosotros pedimos un cuarto de lechazo (46€), calamares (9€), croquetas (9€) y 2 postres. Todo muy bueno.
Comimos un cuarto de lechazo, una ensalada normal y un plato de trigueros, regado con media jarra de Cigales rosado, con postre de tarta de chocolates y café de puchero. Se aparca bien frente a la bodega.
Si estás en la zona, no dudar en ir a comer a la bodega, tiene algo especial, estuvimos comiendo entre semana y no estaban todos ambientes abiertos, en fin de semana ambientazo.
Comida exquisita, raciones generosas y un café de puchero muy rico casero.
Hemos llegado a este sitio por recomendación y debo decir que nos encantó, el lechazo sin nada que envidiar al de Aranda y el chuletón de diez, mereció la pena ir desde Aguilar. Cuando esté por la zona ya tengo un sitio donde ir.
La comida bien, lo que se puede esperar de una bodega. La sopa de ajo muy buena. El precio bien, tampoco es barato. Atención correcta, muy rápida y buena aunque no excesivamente agradable. No hace frío, lo que se agradece. La ración de calamares es algo cara para la calidad
Hacia más de 20 años que no volvía a esta bodega y no me defraudó. Para los que nunca habría estado comentar, que está situada en Fuensaldaña a unos 17mn de Valladolid. En la misma zona hay varias bodegas, amplia zona de aparcamiento, buen acceso, varios salones de comedor, sigue con ese encanto de bodega. El personal muy agradable, También hay que matizar que la gente Castellana tiene su estilo, pero agradables y amables. Tengo que decir que no teníamos reserva alguna y nos hicieron un hueco. Amplia carta con gran variedad de platos castellanos, a destacar el lechazo, las sopas de ajo, morcilla...etc. Pedimos sopas de ajo castellana, mollejas a la plancha y chuletillas de lechazo, ensalada normal y de postre leche frita y arroz con leche. Todo bastante bueno,... punto poco positivo para mi gusto, las chuletillas, el corte de ellas...., pero de sabor bueno. Mollejas, buenísimas y si dieran la opción de poner unas setas, sería de lujo. Los postres, caseros algunos y muy buenos. Calidad precio aceptable, según está ahora la materia prima. La atención del camarero, muy buena y rapidez en los platos. Sitio emblemático de la zona, que recomiendo si pasáis por la zona.
Me encanto mui bno lo k comimos
Es la primera vez que comemos en la nieta, la verdad que nos gustó mucho, el lechazo perfecto en todos los aspectos.
Comedor agradable, limpieza y buen trato.
Recomendable.
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