A lo largo de los años, La Pedriza ha logrado mantener esa difícil relación de calidad - cantidad - precio, más hoy en día que se han puesto de moda los sitios pretenciosos, y los que son de toda la vida, han caído en la desidia. La Pedriza nos ha vuelto a impresionar por su impecable servicio, muy atentos, muy educados y muy amables. Impecable también la presentación de los primeros platos, en mi caso un caldo, hecho de verdad (no como otros que recientemente he probado en algunos sitios). El plato protagonista, el lechazo asado en horno, siendo para tres, podrían haber comido cuatro comensales sin ningún problema. Es algo que nunca se debe descuidar, la tranquilidad que se le da al cliente, al no dudar sobre la cantidad cuando pide para varias personas. Correctamente asado, tiempo justo, presentación primero para acto seguido servirlo en mesa ya partido y listo para repartir. Calidad excelente. Los postres, cantidad adecuada a un precio razonable - vista la fiebre que suscita ese contraste de lo dulce con lo salado del final y que en algunos locales de referencia 'conceptual' se permiten ya rondar los 10 euros-. Caseros, bien presentados. La cuenta, salimos a una cantidad muy razonable, incluyendo unas copas de vino y cafés para terminar. En definitiva, a día de hoy, La Pedriza la considero en el top 5 de mis restaurantes favoritos dentro de España, con unas más que merecidas 5 estrellas, y el mejor de Valladolid. Gracias por una comida tan especial.