Comida casera buena pero casi todo lleva col fermentada y cansa un poco. Probamos el menú de degustación de 6 tapas y postre por 13€/persona. La dueña no era muy amable. Dentro no hay aire acondicionado, en la terraza se está mejor si hace calor.
Hacia tiempo que teníamos ganas de volver a la cocina polaca y, por tanto, a U Polek. Como era tarde y teníamos hambre, no hemos pensando mucho y nos hemos decantado por su mesa polaca, suerte de menú, con algunos de sus platos más típicos convertidos en tapas. Tenemos las albóndigas con salsa de eneldo (klopsiki), empanadillas (pierogi) de queso y patata y de col fermentada y setas, bigos (su plato más tradicional y una delicia: col fermentada con carne, embutido,...), kiełbasa (salchicha ahumada, con lo que nos gustan los ahumados), pan de hogaza con manteca casera y pepinillos (pajda chleba ze smalcem) y el mix surówek (varias ensaladadas polacas, que son más ligeras que las alemanas, y no menos sabrosas). De postre, nos decantamos por la tarta de manzana y la de semillas de amapola (no podríamos repetir más veces la palabra "delicia", para esto y para el resto).
En fin, una experiencia sabrosa, para luego seguir adentrándose en su extensa carta. Todo a buen precio y con un servicio que le hace sentirse a uno en casa.
Restaurante de cocina polaca que merece la pena visitar. Teníamos buenas referencias y decicimos probarlo.
El personal fue muy amable en todo momento y nos ayudaron con la elección de los platos porque si hubiese sido por nosotros, pedíamos toda la carta. Nos quedamos con ganas de probar mas cosas, pero el estómago tiene un límite. Seguro que volvemos para tastar otros productos de la carta. Si hay que mencionar alguno de los platos, yo me quedo con los postres, pero estaba todo riquísimo. Una lástima que el Zurek no se sirva dentro del pan.
Para cerrar la comida te ofrecen chupito tradicional polaco.
La decoración del local es llamativa y disponen de terraza exterior.
Servicio mas que correcto y en cuanto al precio, muy bien. Comimos por menos de 20€/persona. Teniendo en cuenta que es comida casera, fabuloso.
Un restaurante familiar y acogedor con muy buena comida. Es una opción para probar algo nuevo e interesante. De lo mejor que hay por la zona.
Pedimos 4 platos a compartir para dos personas y cenamos bastante bien, las raciones son algo pequeñas pero tiene buena relación calidad-precio. Los camareros fueron muy atentos y el servicio rápido.
Sitio con comida típica polaca. La comida es casera y está buena.
No se puede ir pensando que vas a probar algo muy diferente a lo que puedes comer en otro bar no polaco.
No está mal y para probarlo está bien.
Aventurillas Gastronómicas y más
+5
Fuimos a cenar con unos amigos polacos, quienes tampoco habían comido en el restaurante. Nosotros, como españoles, no conocíamos ni un plato del país antes de llegar. Pero, tras acabar la cena, nos dimos cuenta de que estábamos ante un gran descubrimiento gastronómico, el cual ratificaron nuestros acompañantes asemejando los platos con los que comen con su familia. Realmente, no podemos poner nada negativo. Una comida casera y muy rica a un precio más que razonable, así como un servicio extremadamente amable que recibimos tanto en polaco como en castellano. Además, el ambiente fue muy familiar, tanto por la decoración del local como por la amabilidad del personal y sus conversaciones familiares.
Un lugar diferente, con sabores diferentes... Para probar esta bien...
Los postres es lo que más me ha gustado..
Los camareros muy amables, el trato fue genial..
Probamos de todo y pagamos 22€ por persona..
Todo lo que pedimos estaba exquisito. Nos encantó. Hacia tiempo que no había probado cosas tan buenas. El servicio y el ambiente genial, y muy buen precio. Volveremos seguro!!!
Me lo recomendó mi hermana, aunque ya estaba siendo muy conocido por el barrio, y verdaderamente está todo muy rico. Como unica pega, quizás un poco graso para lo que estoy acostumbrado. Puede que la cocina polaca sea así. Pedimos una tabla con seis platos típicos (imposibles de repetir, jajajaja). Todo muy bueno, cebolla fermentada, remolacha, pepino, salchichas, albondigas... la cerveza polaca muy suave y luego un chupito conocido como perro rabioso, que hay que beberselo de un trago. El camarero muy simpático.
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