La Pizarra

Buen descubrimiento en el barrio de Ruzafa! Un bar para comer compartiendo platos, las raciones son generosas. El local es pequeño pero la terraza está muy bien y merece la pena sentarse fuera. Sin duda la puntilla buenísima, crujiente por fuera y tierna por dentro. Las bravas también muy buenas, pulpo tiernos servido con lascas de patata que le da un toque original. Las espirales de calabacín muy finitas, con dos salsa muy buenas. En resumen, buena relación calidad-precio.

Callejeando como piratas hambrientos encontramos este local con un ambiente muy acogedor y después de preguntar, nos decidimos a ocupar mesa y os aseguro que nuestra hambre fue saciada con los suculentos platos (raciones) que pedimos: todo absolutamente para chuparse los dedos. Resumiendo, buenos precios y excelente calidad. Luego nos quedó claro el motivo del éxito...porque cuando se juntan una ucraniana, una marroquí y un venezolano...entonces sale un auténtico milagro gastronómico. ¡Aplausos!

El local está en una zona muy tranquila, pedimos unas patatas bravas para picar y no estaban mal, hay una gran variedad de tapas y platos, el camarero que mos atendió fue muy amable, aun que esperamos bastante para que nos sacaran las patatas y no había mucha gente, lo que más me ha llamado la atención es que las botellas de agua pequeñas son de menos de un tercio de litro, lo cual no es algo que haya visto mucho en bares, eso si el precio final era un poco elevado.