Casa Guillermo

La conozco desde que era una niña e iba con mis padres, recuerdo que siempre estaba llena de clientes, la mayoría de ellos, han sido y continúan siendo fijos, de generación a generación. Quienes prueban las delicias que hacen y tienen, siempre vuelven. Sus anchoas, son la especialidad de la casa, siempre preparadas y trabajadas por ellos mismos, primero Guillermo el dueño de la tasca antigua, y continuó su hija Amparo, que sigue preparándolas y trabajándolas igual que su padre. Continúan siendo uno de los manjares más ricos y tradicionales de Valencia. Suelo ir varias veces, y siempre salgo encantada. La calidad/precio es muy aceptable.

Una grata sorpresa en el cabañal, un bar de toda la vida actualizado pero con productos típicos y de calidad, relación precio excelentes. Fuimos a almorzar, bocatas con un pan muy crujiente de esgarraet y marinero y unas habas de categoría. Pero por lo q realmente es conocido es por sus anchoas. Imprescindible probar al menos una. Y otra cosa a su favor el local climatizado y diseñado a la perfección.

Encontré este sitio casi de casualidad y pese a no tener reserva nos aceptaron sin problema. El servicio es atento, y la comida está buenísima, los precios me parecen acorde a la calidad ofrecida sin duda y la Torrija de postre es indispensable, sin duda es para repetir y probar otras cosas que me han quedado pendientes.