Kashiwa

Llegamos un sábado por la noche, sin reserva y nos acomodaron amablemente. El local está bien, podría estar un poco más ambientado oriental, pero es agradable. Tomamos unas croquetas de pollo teriyaki con jengibre caramelizado que estaban espectaculares, un verdadero lujo. Los makis buenos. El udon me pareció flojo, el caldo no era de mi gusto y el udon estaba un poco hecho de más. Los postres normales. Me pareció de mención especial la calidad de los productos empleados, muy buenos. El servicio correcto. El precio adecuado.

Un restaurante japonés en Tres Cantos excepcional y totalmente recomendado. Decoración: entramos en un local pequeño pero muy bien aprovechado, en ningún momento resulta agobiante y tiene una decoración en tonos blancos y ornamentos japoneses. Comida: En general todo ha estado muy bueno muy recomendado las Gyozas, la carne al estilo japonés excepcional, el ramen , en general todo muy bueno. Servicio: una atención correcta y muy buena un solo camarero pudiendo asistir a más 10 mesas y todo muy correcto Resumen: si tienes ganas de probar un restaurante japonés y estás en la zona de Tres Cantos te animo a que pruebes el restaurante Kashiwa, no hemos podido probar toda la carta, pero todo lo que hemos probado ha estado genial y con una atención muy buena un sitio muy recomendable para que puedas visitar.

Me habían recomendado este sitio varias personas, como el mejor restaurante japonés de Madrid y (aunque no los he probado todos) no se equivocaban. Al menos, el mejor que he probado yo. Pescado de una calidad de verdad, unos sashimis de un tamaño muy generoso y muy rico. Probamos la bandeja grande de Sashimi, el Ramen, las Gyozas de pollo y unos Makis INCREÍBLES de langostino tempurizado con tartar de salmón encima (DE OBLIGADO PEDIDO). Y la verdad que puede que todos los platos sean lo mejorcito que he probado en mi vida (y he ido a unos cuantos buenos restaurantes japoneses). Bastante increíble. Relación calidad-precio inmejorable, no es un sitio barato, pero la calidad y la cantidad de este sitio hay que pagarla. El local no es muy grande, pero había un ambiente genial. Llegamos y no había nadie y rápidamente pusieron la calefacción, para que estuviéramos a gusto. Poco a poco se fue llenando el sitio y de verdad, que no me extraña. Comería, al menos una vez, todas las semanas allí, si mi bolsillo me lo permitiera. Nos hemos quedado con ganas de probar platos que tienen una pinta increíble o los barcos donde te ponen un mix de nigiris, California rolls y sashimi. En fotos os dejo todos los platos que probamos y la cuenta. Un sábado por la noche, por 37€ por persona y poniéndonos hasta arriba de sushi de buena calidad, está muy bien pagado. Con mucho gusto. La camarera que nos atendió un encanto, muy atenta y profesional (si tengo que poner una pega pequeñita, es que te intentaba quitar el plato rápido, cuando aún quedaba alguna pieza o algo de comida y había que decirle que no se lo llevara todo el rato). Volveremos.

Acabamos de venir de comer de este restaurantey estamos completamente satisfechos por las delicias que hemos engullido: takoyaki, ramen y mochi de fresa, además de dos entrantes a los que amablemente nos han invitado (edamame y salmón), todo regado con cerveza Sapporo, Coca-Cola y agua. Nos ha costado sólo 51 euros, precio muy razonable para un restaurante japonés auténtico en estos tiempos que corren. Amabilidad, simpatía y dedicación de la dueña Asun y demás trabajadores. Lo recomiendo al 100%.

Desde hace mil años voy a este restaurante japones, y puedo asegurar que la calidad siempre es muy buena en la comida. Un menú variado y muy rico, bien ejecutado y que no desmerece de un japones en Japón. Las mesas cerca de la barra dónde se prepara la comida, pequeño y coqueto en la decoración. Calidad-precio tiene buena relación y creo que es un restaurante obligatorio para quien le guste la cocina japonesa.