Santo Pitote

Día de playa. Alquilamos unas hamacas en la zona de playa. El ambiente muy tranquilo y bonito. Después fuimos a comer al restaurante. La decoración muy original y exótica. La atención del personal muy buena, atentos y con mucha educación y profesionalidad. La comida de mucha calidad y buena presentación. Nos fuimos satisfechos y contentos. Recomendable su visita.

A veces las segundas oportunidades funcionan. Fui al poco tiempo de su reapertura bajo la nueva empresa y no salí entonces muy satisfecho, en cambio está vez todo fue de mi gusta. La comida buena el servicio correcto y solo quizás un poco de falta de ambiente para ser una noche de sábado. La comida con una oferta variada, buenos cocteles y la decoración muy chula.

Muy buen sitio, la decoración acertada ha quedado realmente espectacular. La comida estaba bastante buena, las setas portobello riquísimas, el chiringuito no es barato pero calidad precio está equilibrado. Solo una pega la música estaba un poco alta en hora de cena, por lo demás todo perfecto. Volveré.

Imprescindible reservar, a no ser que llegues antes de la hora habitual para comer. El año pasado no fui ni una vez al entonces Mata Mua, por no tener ningún plato vegetariano. Este año el local ha cambiado de nombre pero sigue siendo el mismo dueño. El local ha tenido una transformación de bastante envergadura, y sin duda por su estética cuidada actualmente es el "beach club" más refinado de los Álamos. Este año sí tienen opciones vegetarianas, el Poke ha sido riquísimo, lleva mango y piña fresca. Tener en cuenta que los precios van acorde. Sin tirar cohetes, 26 € para un Poke y dos cervezas. El personal es atento y profesional, pero me faltaba calidez y cercanía. Los sábados a partir de las 18h se convierte en pista de baile, nos queda por ver el ambiente que hay.

Después de una reforma han vuelto abrir ahora con el nombre de Santo Pitote. El local ha quedado espectacular en cuanto a diseño se refiere… la decoración, las mesas y sillas, una preciosidad. Tienen tumbonas en la playa también. Empezamos en esa zona tomando bebidas y luego pasamos al restaurante. La carta es completa y variada con un punto original que me ha gustado mucho. Destacaría los noodles con ternera y los postres, la tarta de queso espectacular! El servicio bueno pero muy lento. Tuvimos que pedir que nos tomaran nota en muchas ocasiones. Especial mención a Tatiana que nos trató a las mil maravillas, incluso buscó la manera de poder traeremos una vela para soplar por el cumpleaños pese a no tener. A las 5 el local se transforma , quitan las mesas para convertir la zona en pista de baile, el Dj cambia la Musica y empieza momento de copas con bastante ambiente, mezclado eso si los que estábamos en modo mas de “playa”. Como comentarios constructivos diría que deberían tener alguna opción sin alcohol, ya que pedimos cócteles y algún licor sin alcohol y no tenían nada. E imagino que cuando estén más rodados mejorará la parte del servicio que aún se veía lenta.