Taberna Embrujo

Llegar a un lugar muy turístico y encontrar un lugar donde te sientes como en casa es difícil, pero la gente de "Embrujo" es diferente. El trato y la hospitalidad hicieron que pareciera que éramos habituales. Muchas gracias; sois geniales. Saludos desde Navarra y La Rioja. 🫂🫂🫂 PD: Los postres espectaculares.

Buscábamos un restaurante en Toledo que ofreciera auténticos platos típicos de la gastronomía local y tuviera una terraza para disfrutar con nuestro perrito Jerry. Encontramos el lugar perfecto. La terraza es un rincón tranquilo y precioso que refleja la belleza de Toledo. La atención de los camareros fue excepcional, con un servicio profesional de principio a fin. Hablemos de la comida, ¡fue una experiencia de lujo! Compartimos una deliciosa Carcamusa, uno de los platos más tipicos de la ciudad. Los chipirones encebollados estaban igualmente deliciosos, y rematamos con un sabroso venao a la plancha. Para el postre, la tarta de la abuela fue el broche perfecto. En resumen, 100% recomendable.

Restaurante con encanto toledano. Terraza maravillosa y una carta lo bastante completa para probar deliciosas especialidades tanto de la zona como de la gastronomía nacional. Probamos las patatas bravas, mantecosas y de buen sabor aunque le faltaban rock&roll. Los boquerones adobados, deliciosos y el venado a la plancha expectacular. Nos dieron la posibilidad de pedir medias raciones y así probar varias cosas. El personal es encantador. Aceptan pago con tarjeta. No reservan mesas, con lo cual aconsejo llegar pronto para poder comer.

Lo primero de todo, es sitio obligado para comer en Toledo. Nuestra experiencia fue excelente. Al llegar, no había sitio en la mesa, pero nos ofrecieron esperar en la barra con una buena cerveza bien fría con una tapita de la casa. La comida es espectacular, muy bueno todo, pero hay que reseñar un "pero" con la patatas bravas, ya que el secreto es la salsa: Estaban buenas, corte casero, pero la salsa era tomate frito. Unas patatas bravas tienen que picar un poco, si no, no son bravas, por lo que no merece la pena pedirlas, ya que no tienen gracia. Otro "pero" es con la camarera que nos atendió, ya que desconocíamos el tamaño de las raciones, pedimos demasiado y no nos avisó que podíamos pedir medias raciones, como sí hizo otro camarero con otra mesa.

Vimos muy buenas valoraciones de este sitio y no nos defraudó. Excelente terraza, soleada, llegamos algo pronto y no tuvimos que esperar. Un personal atento, agradable y profesional. Está muy cerca de las escaleras mecánicas de la muralla. Muy buena calidad en sus productos y excelente cocina, recomendable las carcamusas y el ciervo. Muy recomendable.