La Jarana

Mejores bravas de Tarragona!!! Fuimos expresamente por ellas, todo un descubrimiento ya que cuesta encontrar unas bravas decentes en la ciudad, y no con esa especie de salsa rosa o al curry que tanto usan... Muy ricas, una fritura que las deja muy crujientes y poco aceitosas, toque de sal, con una salsa de tomate con toques ahumados y algo picantes y una mayonesa de ajo ligera que acaban flambeando con soplete para tostarla. Además pedimos molletes entre los que destacamos el anchoa con alcachofa por la buena combinación, y el de morcilla Herradura que como el de jamón y tomate se nota la calidad del producto. En este último si eché en falta algo más de cantidad de jamón. Decidimos compartir el tomate con bonito. Muy bueno de sabor, pero algo simple, sobrio... algún toque de cebolla, vinagre o algo de pan para acompañarlo mejoraría el plato. Los precios son muy económicos, destacar la amabilidad del personal y su carisma. Muy recomendable en la zona para tomar algo rápido entre amigos.

Sinceramente, ha creado la esencia de un patio ANDALUZ ya no solo por la estética, sino por el buen trato y salero de los camareros. Tapas típicas de primera calidad y con sabor granaino. La cerveza Alhambra con su sabor inconfundible en todas sus variantes. De todo lo bueno que tienen, si tengo que elegir me quedo con los molletes y con las bravas... que sinceramente espero algún día conseguir la receta!!!!

Bastante sorprendente ya que desde la calle no parece lo que es, una vez dentro te transportas, muy buenos productos productos ibéricos combinados con locales como el aceite de Siurana. Nos recomendaron las bravas que son caseras 100%, queso trata del casar, y algún mollete, todo de 10, El dueño es muy agradable y campechano, se nota que sabe lo que hace y que le gusta. Da gusto pasar la tarde en un lugar como este.

Recién abierto, tiene "buena pinta" y promete. Lugar de la visita: La Jarana Fecha de la visita: 31 de octubre de 2019 Este establecimiento ocupa el mismo local que una cafetería que allí se encontraba y que ha sido remodelado en su totalidad, ofreciendo una imagen mucho más moderna. Es un bar enfocado al tema de ibéricos, quesos, "molletes" (típico pan andaluz de forma redondeada y plana), en una palabra, al "picoteo". Atiende el propietario del mismo, un chico joven muy cordial y atento, que además ha estudiado en la Escuela de Hostelería de Cambrils, lo que le da un "plus" y un saber hacer. He estado desayunando la oferta de 3,50 euros, compuesta por un "mollete", que he pedido de salchichón y un café con leche, ambos muy buenos. En el exterior del local tiene unas cuantas mesas altas, de esas que están de moda y que se ven en muchos locales modernos.