La Xarxa

Pequeño restaurante en el Serrallo, barrio marítimo de Tarragona con un encanto especial. La verdad que fuimos a celebrar un cumpleaños, y todo salió genial. La comida estaba riquísima, el steak tartar con su brioche de mantequilla, el pan bao de cangrejo crujiente, los huevos con patatas y foie.. realmente estaba todo brutal. Personalmente me quedo con la paella de chuletón, pero estaban buenas las dos. Y sus postres ya para rematar una buena comida.

Hace unas noches, fuimos a degustar la comida de Oscar, al restaurante la Xarxa, en el barrio de pescadores de Tarragona (Serrallo). Un restaurante muy tranquilo, pequeño y una carta corta, no muy extensa, pero si, extremadamente estudiada al detalle. Empezamos a revisar la carta, y ante la duda, nos decidimos a pedirles ayuda, para que nos aconsejaran ellos los platos a elegir. Lucía, la mujer de Oscar, nos explicó toda la carta y nos decidimos a compartir platos, para poder degustar un poco de todo: De entrante, mientras preparaban los platos, nos sacaron tres buñuelos para cada uno, de bacalao, de Erizo y ortiga mar, este último, con un sabor excepcional a mar. Para seguir, una croqueta del xef de gamba roja, sabor marino con toque picante, debido a los hilos de esencia que la decoraban. Tartar de atún de Ballfegó, marinado en soja con encurtidos y semillas de wasabi acompañados de unos panecillos tostados. Lucia, hizo mucho incapié en la Ostra Guillardedeau, criada en Marennes-Oléron, una zona privilegiada de Francia para el cultivo de esta maravilla. La ostra, la sirvió con Kimchi y yuzu. Una mezcla de salsa Koreana y Japonesa, increíble para el paladar de los amantes del picante. El Pulpo de Tarragona, infusionado con pimentón ahumado, en aceite de ajos, parmentier de patata y espuma de all i oli, que si a la vista ya era bonito, cuando lo degustamos, nos encantó. El plato “ROCK & ROLL”, es un Steak Tartar de ternera madurada, servido dentro de un brioche de mantequilla y patatas paja. Contraste espectacular, un logro para los amantes de la carne. Algo que nos sorprendió muchísimo, fueron los callos de mar, que son callos de pescado, cocochas, atún y garbanzos crujientes. Muchos adoramos los callos de cerdo, pero estos de mar, son increíbles. De último plato, nos sacaron Espaguetis de tinta a la arrabiata con carabinero y una Gamba roja de Tarragona. Por si no tuvimos suficiente, con los platos, decimos compartir también los postres, y menos mal, ya que a cual mejor: La Tarta de queso al horno con un toque de queso azul, un acierto seguro. “ROYAL DE LA PASIÓN” Es un royal de fruta de la pasión, espuma de coco y sorbete de limón y menta. Muy refrescante y digestivo. Un plato con trufas de chocolate y Chartreusse. Los aficionados a este licor, disfrutareis de este postre. Coulant de chocolate, con corazón de praliné de avellana, y helado de vainilla, servido en una terrina, para mantenerlo caliente y contener el helado para Tarta de peras con helado. Para aderezar la comida un Pissarres Blanc, vino blanco con uva Macabeo, Pedro Ximénez, Garnacha Blanca, una delicia, y servida a la temperatura perfecta. Coll de la Muralla, De viñedos centenarios. Madurado en planta y fermentado en barrica nueva de roble francés 6 meses. Vino blanco fermentado en barrica de roble. Intenso y untuoso, con notas de fruta madura dulce. Vino Ecológico de la Bodega Cal Pucolla de Rodonyà (Alt Camp). Para acompañar los postres Nos sirvieron “Antecessor” Les Brugueres, es una excepcional garnacha blanca de La Conreria d’Scala Dei. Tras la maceración y fermentación con los hollejos, el vino se crio durante 18 meses en barricas bajo velo de flor y una larguísima crianza en botella. Para finalizar la velada, unas copas de vino dulce “MEMORIES”, Producción limitadísima de sólo 300 botellas. Elaborado con una parte de vino dulce procedente de uvas Garnacha Blanca y otra de vino rancio (20%) de una solera de 1927, que se mezcla en la barrica de este último. El resultado es un vino con un aroma potente y clásico, con recuerdos a miel y matices salinos y ahumados. En boca, destaca su entrada amable y suave que enseguida se hace profunda y muy larga. Notas de caramelos, almendras, higos secos, café y chocolate. Una cena espectacular, una cocina increíble y para rematar la cena, como solo quedábamos nosotros en el restaurante, tomamos café con ellos, e incluso nos explicaron las recetas, salsas y trucos de los platos. Con ganas de volver, para probar arroces y otros platos que e nos quedaron en la memoria.

Buena comida muy cerca del puerto de Tarragona. La ostra riquísima y las croquetas de gamba roja espectaculares. Muy recomendable aunque el precio es un poco más alto del que google hace imaginar. No tienen menú del día, sólo una carta no muy larga pero con todo lo suficiente para darse un buen homenaje.