Fuimos sin reserva y tuvimos la suerte de esperar solo 20 minutos para conseguir un hueco en la barra y mereció totalmente la pena.. de hecho vamos a volver 100% pero CON RESERVA.
La comida es libanesa y deliciosa y la limonada brutal!
El sitio es pequeño pero tiene muchísimo encanto.. si te gusta vivir la experiencia al máximo y ver cómo vibra el sitio y sois 2 te recomiendo la barra!!
Personal agradable, la chica que nos atendió, a pesar de que era su primer día, puso mucho empeño en el servicio. También me sorprendió que el cocinero pudiera sacar el servicio el solo con tanta rapidez. La comida cumplió las expectativas. Precios muy económicos. Eso sí es un local donde por sus dimensiones y cantidad de personal debes dar por echo que vas a tardar un poco en comer. Volveré.
Era la primera vez que íbamos y quedamos encantados. Todo lo que comimos nis encantó; en especial, recomendamos no dejar de probar la limonada, el falafel y las patatas fritas, sublimes. El camarero muy agradable; repetimos seguro ¡¡a lo mejor ya me ha copiado el outfit!! 😂😂
Hemos ido hoy por primera vez, y no será la última. ¡Que maravilla de comida, que sabores!
Hemos probado:
- Limonada libanesa, riquísima, con un toque de azahar.
- Humus Bel lahmé, de los mejores humus que he probado nunca, viene acompañado de pan pita
- Falafel, realmente ricos, acompañados con verduritas y tahini
- Fatouch Labne, una ensalada fresca muy bien aliñada con unas bolitas de queso riquísimas
- Pan pita con Chich Taouk que es un pollo marinado y está muy sabroso, además viene acompañado de patatas y una salsa de yogur y ajo que hacen el plato espectacular
- Y el postre, un queso rebozado como en pasta kataifi con frutos secos y bañado ligeramente en un sirope o almíbar, que para nosotras ha sido lo más flojito y aunque estaba bueno, no lo volveríamos a pedir, pues nos han cautivado más los sabores salados.
El servicio ha sido bastante bueno, y eso que el local estaba llenísimo.
Recomiendo reservar, así no te llevas el disgusto de no poder probar su cocina.
Comida riquísima a buen precio. Sitio muy auténtico con una decoración muy linda. Pedimos un entrante para compartir y dos principales y quedamos más que saciados, aunque es difícil restringir la gula aquí. Además los camareros son muy atentos y majos. Tenemos muchas ganas de repetir.
Un restaurante maravilloso que si tengo la oportunidad de volver a Sevilla visitaré de nuevo sin duda. El camarero aparte de guapo majísimo, la camarera también, por supuesto :) y el cocinero muy amable me dijo los ingredientes para hacer su exquisito falafel 🤣 todo estaba delicioso. Al ser yo sola cené en la barra y fue maravilloso poder ver el espectáculo de la preparación de la comida. Las opciones veganas excelentes.
Es un restaurante bastante peculiar. No es muy amplio y quizás eso contribuyó a que en una parte de la cena el ambiente fue muy ruidoso, a pesar del hilo musical. Destacar la amabilidad y atención de todos los camareros, en especial uno de ellos. Comida libanesa en estado puro, con alguna pequeña excepción. Pedimos una selección de la carta para poder probar un poco de todo. Mucho sabor y amplia gama de sabores
Sitio genial para conecer un poquito de la cultura Libanesa. Era la primera vez pidiendo este tipo de comida y nos encantó el “Sofra” un menú degustación con el que pruebas el 80% de la carta en el que pudimos hacer una inmersión total. El sitio, la música y ambientación muy bonita y cuidada al detalle. Volveremos sin duda.
Una muy buena opción para probar la comida libanesas. Platos ricos y abundantes lleno de sabor. El trato por parte de los camarwros/as ha sido excelente, muy atentos y amables. Hemos pedido humus Beirut, pita de falafel y ensalada. El postre, knefefe, una delicia!
MPaz Montero Gutiérrez
+5
Me ha gustado mucho este sitio. Gracias al menú Sofra hemos comido prácticamente de toda la carta y por tan solo 17 euros. Bajo nuestra opinión, consideramos que la mejor opción son los hummus Beirutí y Rosa. El Fatouch Clásico tenía un toque ácido que la hacía riquísima. Las patatas hara son una buena opción para probar otro tipo a las patatas bravas. El Maghmour nos sorprendió, ya que a priori es un plato que no nos hubiésemos pedido. Por último, el Falafel, el Chich Taouk y el Kafta riquísimos.
Alomejor es costumbre libanesa, pero bajo mi opinión había mucha almendra en algunos de los platos.
Al final había postre, el cual lo dejo a sorpresa por si queréis ir.
Servicio amable y, si reservas dentro, puedes ver al personal preparando la comida.
Repetiré seguro.
PD: Si queréis probar el menú, os recomiendo ir a la hora del almuerzo. Mucha comida.
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