Sobretablas Restaurante

La mejor experiencia gastronómica que puedes encontrar en Sevilla. Hicimos menú degustación, en el cual cada plato era mejor que el anterior. Una explosión de sabores en la que se apreciaba cada matiz que había y el cariño y delicadeza que hay en cada elaboración ; desde los aperitivos hasta los postres. Se nota perfectamente cuando los productos son frescos y de la mejor calidad. El emplazamiento, una casa del año 29, en la que cada rincón te invita a estar un ratito más. Nosotros comimos en el patio, el cual mezcla la tradición de los patios sevillanos y la innovación de la cocina. Que decir del servicio, nos hemos sentido como si fuéramos los únicos en el restaurante (a pesar de estar lleno) , profesionalidad y simpatía al explicarte cada pase de comida; gracias a los camareros Aitor y Andrés por acompañarnos y hacer de nuestra velada un momento inolvidable. Especial mención a Robert, te transmite su pasión por el vino en cada palabra (tiene más de 600 referencias en su bodega, la cual pudimos visitar unos minutos) y a Camila, el corazón de la cocina, la personificación de la disciplina y el amor por lo que hace. Una experiencia con mayúsculas, totalmente recomendada y la cual sin duda repetiremos. GRACIAS!!!

Buena experiencia en general. El servicio es estupendo y nos sentimos bien atendidos. En cuanto a la comida, algún plato no nos encantó como el bloody mary,la ensaladilla o el carpaccio. Los montaditos de pringá, espectaculares. Los platos de carne que pedimos, cordero y cochinillo, correctos. Los postres, buenos menos el de higos que no nos gustó. Aún así disfrutamos de la comida. Gracias y a seguir mejorando.

Comer en Sobretablas ha sido una muy buena experiencia. Hemos disfrutado muchísimo, hemos comido muy muy bien y el maridaje de vinos ha sido realmente una pasada. Los platos son inigualables: elaboración, combinación de sabores, calidad del producto y unos emplatados preciosos. El equipo de sala ha sido muy atento y profesional en todo momento, se respira un muy buen ambiente y eso se transmite al cliente. Sin ninguna duda, lo recomendamos y repetiremos. Y enhorabuena a todo el equipo!!

Buenísimo todo. El montadito de pringá, la gamba cristal y el huevo, la crema de marisco, el cochinillo… Me gustó algo menos, las alcachofas. Los postres muy ricos también. El sitio es como un patio techado y plantas alrededor, aunque la fachada por fuera es muy bonita.

Empezaré mi comentario por el final. En Sobretablas comí muy bien. Fin de semana largo en Sevilla después de años sin oportunidad de visitarla. Por motivos profesionales durante unos años llegué a visitarle con cierta frecuencia. Preparando el viaje no supe encontrar suficientes referencias de restaurantes que me llamasen la atención. La mayoría de ellas centradas en el tapeo y en fritos, algunas resaltando su calidad. Sí tenia buenas referencias del Sobretablas y del perfil de sus propietarios, jóvenes y con amplia experiencia en restaurantes de prestigio, entre ellos el Celler de Can Roca en Girona. Con suficiente antelación solicitamos el reservado y un menú degustación que fuese sorpresa. El restaurante ocupa una bonita casa en el barrio de El Porvenir, con comedor y cocina en la planta baja y reservado, bodega y un salón en la primera planta. Me gustó su decoración e iluminación en general, que invita a un buen ágape. El menú consistió en 2 snacks, 2 entrantes, 1 pescado, 1 carne, 1 prepostre y un postre. De los snacks me entusiasmó el “montadito de pringá” y muy bueno el “langostino con chicharrones”. Ambos un guiño a la cocina local o regional. De los entrantes, correctas las “alcachofas confitadas con caldo de jamón”, mini alcachofas aunque alguna de ellas algo fibrosa y muy interesante y riquísima la “crema de marisco al palo cortado con rodaballo, almejas y gamba blanca”. El pescado una “ventresca de atún con ajoblanco y quinoa suflada” original en su presentación y muy sabrosa con un buen corte y la carne un “chivo con tupinambo, aceitunas prietas y salsa de trompetas” muy tierno y jugoso. Un prepostre muy refrescante para permitir el paso al postre, que consistió en un “sorbete de apio y lima, hierbabuenas y fresas” y terminamos con un “bombón de chocolate frito” claro guiño al chocolate con churros. En realidad todos los platos presentaron este guiño a la cocina andaluza con toques modernos. Servicio implacable, mesa bien parada, vajilla correcta. La cristalería algo sencilla, imagino ajustada a unos inicios complicados por la magnitud del proyecto. Durante la cena tuvimos la oportunidad de comprobar los altos conocimientos en enología de Robert Tetas, sumiller y propietario y, como es habitual, le solicitamos referencias de la tierra, próximas. Y nos propuso como blanco un Silente 2020 de Viñas colonias de Galeón, 100% Viognier con 9 meses de crianza (Sevilla) y un Corta y Rasga La Charanga 2016, interesante blanco de palomino (Cadiz) y de tinto un Cobijado 2016 de Carvajal y bodegas Barbadillo (Cadiz). Todos ellos gustaron entendiendo perfectamente Robert nuestra petición. Al final pudimos saludar también a la otra propietaria, Camila Ferraro y felicitarla por la magnífica cena y por su premio como mejor cocinera revelación de España en Madrid Fusión. Con riesgo de un mínimo error creo que hoy es una recomendación segura en Sevilla y este restaurante está destinado a nuevos reconocimiento en un futuro inmediato.