Fogar Do Santiso "o Fogar De Galicia"

El un restaurante auténtico Las verduras ecológicas y el pan artesanal Las raciones algo justas, pero muy rico Probamos las croquetas, verduras plancha y carne a la brasa Cerveza artesanal buenísima Postres caseros ahí si nos llenamos Local muy amplio perfecto para grupos grandes y el salón del fondo puede ser para una celebración privada Decoración muy chula. El croché de oro la queimada donde el camarero estuvo genial y nos partimos de risa Repetiremos

Sitio espectacular para ir a cenar. Todo lo que pedimos estaba riquísimo, el caldo, la empanada, los pimientos del padrón (que por primera vez el dicho fue cierto y unos picaban y otros no), las croquetas, el vino, la queimada y el postre. El local super agradable, al igual que los camareros, y al llegar más la noche hicieron el conjuro de la queimada que estuvo muy bien.

Un lugar a destacar dentro del centro de Santiago, personal atento y amable, buena calidad de los productos, precios razonables, rápidos y eficientes en las recomendaciones y servicios y unas propuestas muy interesantes. De lo mejorcito de las calles del tapeo de la ciudad. Recomendable al cientoveinte por cien. Subidles el sueldo a los camareros!

Cené con mis amigas anoche y fue excepcional! Después de haber andado todo el día teníamos mucha hambre y entramos en el local por su ambiente acogedor. Cabe destacar el buen y amistoso trato que nos concedió el personal y la comida que pedimos: los pimientos del padrón, las croquetas de grelos y choquitos, el pulpo a la brasa y la tarta de queso con la mousse fueron exquisitos! Aunque las porciones fuesen un poco pequeñas, la rapidez de la cocina y el trato del personal compensaron ampliamente nuestras expectativas. Muchísimas gracias a Fogar do Santiso y al los camareros que nos atendieron anoche.

Un sitio con algunas opciones para veganos, lo que no siempre es fácil de conseguir. La ensalada de tomate estaba brutal, y la ración de pimientos de Padrón era hermosa. El entrecot estaba bien, sin grandes sorpresas. Cómo cosa curiosa, qué no habíamos visto hasta ese momento, pero que debe ser bastante habitual, en la pared la gente deja monedas, se supone que pidiendo un deseo.

Es un restaurante con una decoración muy apropiada a sus principios de ecológico y rural. Muy buen ambiente y buena atención. La comida es bastante buena aunque de ración no es muy generosa, incluida la guarnición. Las patatas se cobran aparte. La carne es de lo mejor que he probado pero las croquetas deben mejorar en tamaño para lo que valen. Aún así, el sabor era agradable. Los helados son de elaboración propia y muy buenos. El pan que te ponen de forma rutinaria son 0,60€ por persona. Muy bueno y una buena porción. En general, la pega principal que le veo es el precio. En mi experiencia todo sitio que tiene la etiqueta "eco" supone subir el precio un 20-25%, o más, y reducir la cantidad. Si quieres comer bien, desde luego debes ir a conocerlo, pero no esperes hartarte por menos de 40€/persona. Sin embargo, por 25€/persona comes algo (con bebida y postre) pero puede que te quedes con hambre.